3. Considerado muy milagroso, San Expedito, un joven militar de origen más que difuso, goza de gran popularidad, pese a que fue de los primeros descartados. El nombre —y el adjetivo— provienen de cuando los soldados viajaban ligeros, s
3. Considerado muy milagroso, San Expedito, un joven militar de origen más que difuso, goza de gran popularidad, pese a que fue de los primeros descartados. El nombre —y el adjetivo— provienen de cuando los soldados viajaban ligeros, s

Hasta hace un tiempo en el cielo, adems de ngeles, arcngeles, dominaciones, virtudes, potestades, principales, tronos, serafines y querubines; y de millones de buenas personas, convivan, en un lugar destacado prximos a Dios, cerqusima de su hijo, unos 40 mil santos. Es decir, una comunidad similar a la que puebla el distrito de Barranco. El problema, de haberlo, no era tanto de densidad demogrfica (el cielo, como el amor del Padre, sera infinito), sino de identificacin y logstica: simplemente son muchsimos para ser todos plenamente conocidos y reverenciados. Consideremos que el preceptivo Vidas de santos (1756), de Alban Butler, contiene apenas 1.486 hagiografas, un esfuerzo de catalogacin superado dos siglos despus por Thurston y Attwater en un volumen de ttulo elocuente: 2.565 santos. El ms reciente y enjundioso Diccionario de santos, de Leonardi, Riccardi y Zarri, contiene apenas mil.

Una manera de evocar a esta lite de piadosos, de reconocer sus nobles acciones, es a travs del calendario litrgico, que le asigna a bastantes de ellos un sitio en el almanaque, generalmente asociado a la fecha de su muerte. Es decir, un canon. Para el resto, conocidos o no, Gregorio IV instaur a mediados del siglo IX un da especial: el de Todos los Santos, celebrado cada 1 de noviembre.

Para reforzar el recuerdo, antiguamente se dispona de dos mecanismos complementarios: nombrando a losrecin nacidos como uno de los santos del da, y celebrando su onomstico. Con lo primero, si usted hubiera nacido ayer, 28 de octubre, hoy le llamaramos Cirila, Fidel, Germn, Rodrigo o Francisco, entre otras diez opciones. El onomstico es otra cosa.

Es comn confundir el cumpleaos con el onomstico. El primero celebra, como su nombre indica, la fecha en que uno cumple un ao ms de vida, se llame como se llame. El onomstico es el da de su santo. Si usted se llama Rita, le tocar honrar a su santo su santa, vamos cada 22 de mayo; si su nombre es Antonio, festejar el 13 de junio; si responde a Willibaldo (en honor al patrono de los fabricantes de rejas en Alemania, hijo de San Ricardo el Peregrino, y hermano de San Winebaldo y Santa Walburga) lo har cada 7 de junio. Hoy, 29 de octubre, sera su onomstico si usted se llamara Saturnino(a), por el primer obispo de Toulouse; o Narciso, por Narciso de Jerusaln, quien muriera a los 116 aos, a inicios del siglo III.

Dicho lo cual, qu tienen en comn Marina Mora, Nicols Lcar, Susana Higuchi, Luca de la Cruz, Frieda Holler, Tatiana Astengo, lvaro Vargas Llosa y Genaro Delgado Parker? Poco, en realidad, salvo que son personajes pblicos peruanos. Y que desde hace casi medio siglo solo pueden celebrar su cumpleaos, ya que sus santos han sido, literalmente, bajados del pedestal. De la misma manera en que las empresas depuran cada tanto sus bases de datos, la Iglesia decidi, basndose en intensas investigaciones, que muchos de ellos o no existieronnunca, o que no fueron quienes la fe popular se propuso honrar. Muchos fueron mrtires de los primeros siglos del cristianismo: su sacrificio fue empleado, deliberadamente o no, como smbolo de resistencia y propaganda. Lo remoto de su origen explica la falta de documentacin ms all de la tradicin oral, la constante fusin con divinidades paganas a la hora de construir sus mitos, y sus cualidades mgicas.

Los principios de esta purga comenzaron en el siglo XVII, cuando Heribert Rosweyde, primero, pero sobre todo el jesuita belga Jean Bolland desarroll junto a un grupo de estudio (los bolandistas) un mtodo muy prolijo de trabajo que analizaba las fuentes histricas para separar la paja del trigo, o lo que sera su equivalente, el mito del hito. As naci el Acta Sanctorum, el conjunto de fi chas de los reales santos, que hasta hoy va en 68 volmenes (llega hasta las celebraciones del 10 de noviembre). El despido, la desvinculacin para casi todos los que haban vivido solo en las estampitas y en el cario del pueblo lleg finalmente tras el Concilio Vaticano II, cuando al respecto la Iglesia se puso seria. El Martirologio Romano del ao 2005 reconoce solo siete mil santos.

Cada 14 de febrero, el cristianismo recuerda a diez santos, entre ellos Auxencio, Cirilo, Eleucadio, Metodio de Tesalnica, Nostriano, Vital de Spoleto y Zenn. Y San Valentn? Aunque le pese a los romnticos, los hotelerosy los vendedores de rosas, a l no. El principal problema con la identidad del patrono de la amistad y el amor desde la Edad Media es que ni siquiera recae en un individuo, sino sobre tres, quienes vivieron en tiempos distintos: un mdico romano devenido en sacerdote que se puso a casar soldados, aun cuando Claudio II se lo haba prohibido (el pobre perdi la cabeza por amor en el ao 270); un obispo enterrado en Terni, Italia, donde la fi esta patronal es el 14 de febrero; y Valentn de Recia, un tirols del siglo V que en algunas partes de Alemania es invocado por quienes sufren de epilepsia.

Otra leyenda medieval ampliamente venerada es la de Santa rsula, acaso originada en la diosa germana Freyja, protectora de las muertas vrgenes. La historia resumida cuenta que la joven decidi guardar su castidad y dedicrsela a Dios, lo que fue consagrado por el papa Siricio, quien le encomend difundir la palabra santa entre los suyos. Fue durante su regreso de Roma en el 451 que rsula se top con las huestes hunas, y que el mismo Atila se obsesion con ella que, claro, se neg al ultraje. Termin martirizada en Colonia junto a otras diez doncellas. Quinientos aos despus, por un error de traduccin, se comenz a propalar la idea de que no fueron once sino once mil las chicas matadas.

San Cristbal (el primigenio, pues hay al menos una docena de beatos y santos nombrados en su honor), patrono de viajeros y automovilistas, tiene un nombre prospectivo: significa el que transporta a Cristo. Acaso inspirado en el mito del barquero Caronte, sera un gigante cananeo (2,3 metros) de rostro espantoso que en una ocasin ayud a Jess a cruzar un ro. Asombrado por el peso del pequeo, este le habra explicado que se deba a que llevaba sobre su espalda todos los pecados del mundo (cosa que, de paso, le toc tambin a Cristbal). Jorge de Capadocia es muy probablemente el santo ms popular entre Rusia y Portugal, de Inglaterra a Etiopa. Es venerado incluso en otras religiones. Si existi o no sera lo de menos, dado el inmenso arraigo y cario que despierta desde hace diecisiete siglos. Su historia tiene dos etapas: la sencilla y la fantstica. La primera narra que fue un soldado al servicio del emperador Diocleciano, quien orden la persecucin de cristianos a principios del siglo IV.

Jorge lo era, lo confes, y fue torturado para que apostatase, pero resisti, lo que termin con la separacin brutal de su cabeza del resto del cuerpo. Su martirio fue clebre y l por razones misteriosas muy recordado, adjudicndosele milagros, como seala el Acta Sanctorum, llenos de extravagancias y maravillas ms all de cualquier credibilidad. La segunda parte del mito sucede cuando cinco siglos ms tarde, el mismo San Jorge se enfrent y dio muerte al dragn que estaba a punto de comerse a la hija de un rey. La leyenda, que se inspirara en distintas creencias paganas, orientales y en las aventuras de Perseo frente a la Gorgona, fue su consagracin definitiva.

Otra vctima de Diocleciano pudo ser San Genaro (o Jenaro), patrono de Npoles, quien fuera detenido en el 305 mientras ofi ciaba como obispo de Benevento. Como no acept abjurar de su fe, fue condenado a muerte, pero sus verdugos no la tuvieron fcil. Primero lo metieron a un horno, de donde sali indemne: ni siquiera se le chamusc la ropa. Al da siguiente, lo soltaron en el anfiteatro frente a una manada de fi eras hambrientas que termin a sus pies, como dciles mascotas. Finalmente, optaron por la solucin habitual, el infalible descabezamiento. Desde hace cuatro siglos, cada 19 de setiembre en la Catedral de Npoles se da un milagro de San Genaro: la licuefaccin de la que sera su sangre, contenida en un frasquito. Delante de todos esta pasa de slida a lquida, un fenmeno raro pero de explicacin cientfica.

Su contempornea, Luca de Siracusa, fue condenada y arrojada a un prostbulo, pero la fe la mantuvo casta. Luego la intentaron violar los soldados del procnsul Pascasio, sin xito, pese a que la amarraron y violentaron. Acusada de bruja, la llevaron a la hoguera, pero ella como si nada. Le arrancaron los ojos, y sigui viendo. Podemos imaginar la opcin final.

El desafuero masivo desde 1969 incluy a Santa Vernica (la que enjug el sudor y la sangre de Cristo con un pao que qued grabado con su estampa), a San Simn de Trento, a San Guillermo de Norwich, a Santa Catalina de Alejandra, a los hermanos San Crispn y San Crispiano, Santa Marina, entre muchos otros. San Expedito, patrono de los imposibles, no pudo resolver su propio problema: la veracidad de su existencia.

En el principio del cristianismo, los santos eran aclamados vox ppuli, por aclamacin espontnea de los creyentes. El proceso de canonizacin ms o menos como lo conocemos se inici recin a fines del siglo X, con la proclamacin de San Ulrico de Augsburgo y Santa Wiborada. Los papas se encargaron de ello desde 1234, y en 1588 Sixto V encarg el trabajo a la Sagrada Congregacin de Ritos. Luego del Concilio Vaticano II, en 1969, para evitar ms errores formales Pablo VI deleg la tarea a una organizacin exclusiva: la Congregacin para las Causas de los Santos.

No es que Santa Apolonia me cure las muelas, o Santa Luca la vista. Eso es solo un agregado mgico-religioso que se fusiona con la idea de devocin y santidad sobrenatural. La Iglesia considera que la devocin popular es muy importante, y que as no haya datos fidedignos e histricos sobre algunos santos, eso no quiere decir que puedan haber existido personajes muy similares a los que la tradicin ha ido recordando y venerando en su memoria colectiva. Y los respeta como lo que son: protagonistas de creencias populares, pero que ya no estn dentro de la nmina oficial, explica el sacerdote jesuita Juan Dejo Bendez, magster en Historia de la PUCP y doctor en Historia de la Espiritualidad del Centre Svres de Pars. El viaje de estos personajes sera casi opuesto al de, por ejemplo, Sarita Colonia, de quien sabemos que realmente existi, que luego ingres al panten del pueblo,pero a la que se le viene negando, por diversos motivos, la entrada a los altares. Sin embargo, como indica Dejo Bendez, se trata de un tema al que hay que prestarle mucha atencin porque la devocin popular siempre te est diciendo algo, te est reclamando algo que hay que atender. Quiz por ello, aun tachado del santoral, el papa Francisco celebr el Da de San Valentn hace un par de aos.

Vaya que la Iglesia no es infalible, pero criticarla por haber elevado a los altares a seres mticos resulta una necedad. Un mrtir como la mayora de los descritos, antes que alguien que sufre persecucin y muerte es, etimolgicamente, un testigo, quien da testimonio. Para los creyentes, de vida, pues acercan a los devotos a lo eterno.

Los santos son smbolos, paradigmas de una fe que necesitaba para su consolidacin de hroes, seres consecuentes con el ideal del cristiano en construccin, pero que adems mostrasen arrojo y cualidades morales y sobrenaturales. Un rasgo fascinante es que tienen hasta hoy, asimismo, la encomiable funcin de hacer ms prximo, ms accesible a Dios, como intermediarios entre nuestra humanidad silvestre y las esferas celestes: hoy estarn cerca del ter, pero fueron, son, como nosotros. Humanos. Por ello, por una cuestin de empata, cada uno puede escoger a su santo, casi sin importar si fue un guerrero inmortal que mataba dragones, o un mulato que juntaba animalitos en su regazo

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