Es febrero y en Puno no hay certezas. Mientras amanece el segundo da del mes, los bailarines piensan en los pasos aprendidos y en la dificultad de la sincronizacin. Los bordadores hacen sus ltimos arreglos, dan las ms obsesivas y minuciosas puntadas. Los msicos afinan mentalmente, para no quebrar el silencio del alba. Los mascareros miran a los ojos a los ngeles y demonios que crearon. Nadie sabe quin ganar la competencia de danzas o la de trajes. Nadie sabe si este ao el sol golpear o la lluvia los baar en forma colectiva. En Puno no hay certezas. O solo hay una: la celebracin no la empaa nadie.

En la fiesta de la Candelaria hay espacio para lo religioso y lo profano. Aqu no se festeja flagelndose y derramando lgrimas; tampoco sacando a pasear tanques y armas. Aqu se adora a la Virgen y a la vez se honra al placer. Desde lo alto, cargada como una diosa pero resignada a quedar en un segundo plano, la Mamita Candelaria observa con rostro sereno y de yeso a las bailarinas de faldas cortas y cuerpos humeantes. En torno a ellas, coloridos diablos se contonean como posesos y la sensualidad se contagia hacia los espectadores. Hay una pulsin de la que no se suele hablar en esta fiesta. Es mejor gozarla en silencio.

As avanzan las comparsas, masas de vida y vibracin que bailan entre las iglesias y los cementerios, entre el estadio Torres Beln convertido en una arena desbordante y el santuario de la Virgen. Es una fiesta de la agitacin y el desplazamiento.

JUGAR CON FUEGO La vela que sostiene la Virgen de la Candelaria en una mano en la otra lleva al Nio Jess es la representacin de una luz que gua hacia la fe. Pero no deja de ser simblico que su adaptacin peruana, a diferencia de otros pases (ver nota adjunta), se rija ms bien por el calor, por la llamarada, por las temperaturas elevadas que provocan la friccin y el movimiento.

Aunque sus manifestaciones se dan en diferentes rincones del Per Cusco, Ayacucho, Tacna, Moquegua, es Puno el epicentro donde lo divino puede convivir con lo celebratorio. Es por esa forma tan peruana de vivir la fe, sin culpas ni remordimientos, que esta fiesta se ha convertido en una de las manifestaciones culturales y religiosas ms grandes de Amrica: en pocos lugares confluye tan bien lo musical con lo esttico; o lo quechua con lo aimara y lo mestizo. No por nada desde el 2014 la Candelaria es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

MIRA TAMBIN



ARRAIGO POPULAR En algn punto del siglo XX se pretendi prohibir ciertas expresiones autctonas. Los poderosos consideraban de mal gusto tanto color y jbilo hereje. Pero nada ni nadie puede contra los deseos ms autnticos del pueblo. Primero fueron los morenos y los sikumorenos. Luego se sumaron las diabladas, los caporales, los carnavales, los waca wacas. Cada uno ms festivo que el otro, cada uno buscando dejar una huella.

En la edicin del 2014 del festival, Puno recibi a cerca de 35.000 visitantes, entre nacionales y extranjeros. Al ao siguiente el primero tras la declaratoria como patrimonio mundial, la cifra de turistas se duplic. A las 70.000 personas que acudieron a observar los honores a la Candelaria hay que sumarles los ms de 40.000 artistas entre danzantes y msicos que completan una de las ms multitudinarias concentraciones de pblico en un evento cultural en el interior del pas.

La fiesta, como mandan la voluntad y la fe, no es de un solo da: se extiende casi por una semana en la que el frenes trasciende el pecado y toca los bordes del milagro. El rastro de lo ocurrido se desvanece con la resaca y lo que no debe ser visto se cubre por la sombra de una vela la de la Candelaria que se apaga hasta la siguiente ocasin. Hasta que renazca con todo su ardor.

RACES ESPAOLAS

Aunque por su trascendencia y magnitud su celebracin en el Per es la ms resaltante del mundo, los orgenes de la Virgen de la Candelaria se remontan al siglo XVI, en Tenerife, una de las islas Canarias espaolas. Sin embargo, sus rasgos ms resaltantes (la vela en la mano, el Nio Jess, la canasta con aves) han tomado diversas formas y representaciones en diferentes partes del mundo, en especial en Latinoamrica.

En cada uno de estos lugares se observa tambin un muy marcado sincretismo, que mezcla las tradiciones religiosas catlicas con imaginera local. En Cuba, por ejemplo, la devocin por la Candelaria est muy ligada a la santera, es decir, a la creencia en el espiritismo de races africanas.

En Colombia, su presencia es especialmente fuerte en la ciudad de Medelln, tanto que incluso la imagen de la Virgen forma parte de su escudo. En Chile, es venerada por el sector minero en regiones del norte.

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En el caso de Bolivia, es muy tradicional la celebracin de la Virgen del Socavn una representacin de la Candelaria , durante el famoso Carnaval de Oruro. En el 2001, este recibi el ttulo de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco.

La tradicional devocin boliviana por la Virgen fue motivo de una disputa en el 2014, cuando la propia Unesco declar la festividad punea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Aunque en un inicio el Gobierno de Bolivia present un reclamo al respecto, luego se concert en que ninguna declaratoria de ese tipo marcaba una exclusividad o ttulo de propiedad en torno a manifestaciones como la msica, las danzas o los vestuarios.

Por el contrario, ambos pases se comprometieron a trabajar conjuntamente en la investigacin y preservacin de su legado cultural.

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