Luego de dos meses de cuarentena, la educación de nuestros hijos no ha estado libre de conflictos ni desconfianza. Para la experta María Elena Loret de Mola, la enseñanza es una cuestión de fe. Y nos corresponde renovarla. (Ilustración: El Comercio)
Luego de dos meses de cuarentena, la educación de nuestros hijos no ha estado libre de conflictos ni desconfianza. Para la experta María Elena Loret de Mola, la enseñanza es una cuestión de fe. Y nos corresponde renovarla. (Ilustración: El Comercio)
Enrique Planas

Ha llegado el pedido de mascarillas a la casa. Montserrat, mi hija de 8 años, está entusiasmada. Le pide a su madre que quiere probarse una, modelar con ella, sentirse adulta. Yo la veo y me conmueve. Salvando las obvias distancias, me imagino aquellos documentales de guerra, en los que niños posaban con sus máscaras de gas, como parte de la normalidad. Y luego salían a jugar con ellas. Lo que nos parecía terrible e imposible de comprender, lo veo ahora explicado. Los niños nos dan siempre ejemplo de entereza y resiliencia. Pequeños como son, siempre pueden ver las oportunidades dentro de las crisis.

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