El vehículo lunar chino Yutu-2 descubrió una sustancia no identificada en el cráter dejado por un impacto en la cara oculta de la Luna.
El hallazgo se registró durante el noveno día lunar de exploración del vehículo, según el Centro de Exploración Lunar y Programa Espacial de la Administración Nacional del Espacio de China.
El personal de control en tierra diseñó un recorrido para permitir que el explorador realizara un muestreo en el fondo del cráter e investigara la distribución del material expulsado durante el impacto, de acuerdo con el centro.
“Yutu-2 nos traerá más sorpresas y descubrimientos científicos”, vaticinaron fuentes del centro.
El módulo de aterrizaje de la sonda Chang’e-4 y Yutu-2 reiniciaron labores en su décimo día lunar en la cara oculta de la Luna, después de “dormir” durante la gélida noche lunar.
El vehículo explorador entró en modo activo a las 20:30 (hora de Beijing) del domingo 22 de setiembre y el módulo de aterrizaje a las 20:26 del lunes 23. Ambos están en condición normal de trabajo, de acuerdo con el centro.
El explorador ha viajado unos 285 metros sobre la Luna, recorriendo zonas nunca antes visitadas.
Chang’e-4, lanzada el 8 de diciembre de 2018, realizó el 3 de enero el primer descenso suave en la historia de la humanidad en el cráter Von Karman, en la cuenca del Polo Sur-Aitken de la cara oculta de nuestro satélite natural.
Un día lunar equivale a 14 días en la Tierra, y la noche tiene la misma duración. La sonda pasa a modo inactivo durante la noche lunar debido a la falta de energía solar.
Debido al efecto de acoplamiento de marea, el período de rotación de la Luna es igual a su período de traslación. Es por eso que siempre es el mismo lado el que está orientado hacia la Tierra.
Las tareas científicas de la misión Chang’e-4 incluyen la observación astronómica de radio de baja frecuencia, la topografía de terrenos y relieves, la detección de la composición mineral y la estructura superficial de la superficie lunar, y la medición de la radiación de neutrones y átomos neutros.
La misión Chang’e-4 refleja el deseo de China de combinar la sabiduría humana en la exploración espacial. Por esa razón lleva consigo equipos desarrollados por Holanda, Alemania, Suecia y Arabia Saudí.