“Avatar: La leyenda de Aang”, que regresa con un live-action, es de esas series animadas que nos acompañaron en nuestra época escolar y que, a pesar de casi las dos décadas desde que se estrenó en la televisión, todavía se mantienen actuales y atractivas. Su historia y sus giros narrativos todavía soportan al paso del tiempo, el crítico más implacable. Después de salir en Nickelodeon, la ficción se encuentra disponible en la plataforma de streaming Netflix.
Y no, “Avatar” no es un anime, aunque lo parezca y tenga un mundo construido a partir de una mirada asiática. Al tratarse de una producción estadounidense, la creación de Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko no entra en ese rótulo, pero sí como dibujo animado, cartoon o serie animada.
He vuelto a ver la producción televisiva después de 18 años y solo puedo decir algo: se pone mejor cuando se la vuelve a ver. Es de esos programas que no solo soportan los spoilers, sino que tienen más lecturas y mensajes cuando la ves por segunda o tercera vez.
El desarrollo de cada personaje, como el príncipe Zuko, o los dilemas de Aang en el momento de enfrentarse a su destino, son de las mejores virtudes de la serie animada. La clave del humor, la épica, las tristes despedidas, hay una mirífica variedad de artistas en “Avatar: La leyenda de Aang”. Un logro rotundo de la animación norteamericana.
¿DE QUÉ TRATA “AVATAR: LA LEYENDA DE AANG”?
De acuerdo a la sinopsis oficial de Netflix, la trama de “Avatar: La leyenda de Aang” es la siguiente: “Los hermanos Katara y Sokka despiertan al joven Aang de una larga hibernación y se enteran de que es un Avatar, cuyos poderes pueden derrotar a la vil Nación del Fuego”.
Aang es un joven maestro aire desaparecido hace 100 años, poco tiempo después de que descubre que es el Avatar, un mítico maestro de los cuatro elementos que le da equilibrio al mundo. Cuando desaparece, la Nación del Fuego toma gran parte del mundo.
La guerra ha hecho estragos al mundo. Aang despierta desarraigado: no solo su cultura ha sido arrasada por las llamas, sino que también la esperanza. Su ausencia ha sido una de las marcas de la desgracia del conflicto bélico de los maestros fuegos.
Mientras busca reconectar su figura de héroe y aprende a dominar los otros elementos, Zuko, el príncipe de la Nación del Fuego, lo quiere atrapar para regresar con honor a su tierra natal, a pesar de que su padre lo marcó de por vida con el destierro y una cicatriz inconfundible en el rostro.
“Avatar: La leyenda de Aang” tiene a la redención como uno de sus pilares. Los personajes principales están tan bien diseñados que, incluso, en sus peores momentos, pueden relucir en medio de la oscuridad.
La única excepción -y el punto más bajo de la serie- es el Señor del Fuego Ozai, quien es una sombra despiadada y luego un monstruo de monstruos: un personaje muy plano, error que se corrige en “La leyenda de Korra”, donde los villanos son de antología, a pesar de la alicaída narrativa de la secuela.
La serie animada tiene personajes emblemáticos, como el tío Iroh, un exgeneral de la Nación del Fuego que lo perdió todo en la guerra y que nos regaló pura sabiduría y momentos conmovedores.
¿CÓMO VER “AVATAR: LA LEYENDA DE AANG”?
Las tres temporadas de “Avatar: La leyenda de Aang” se encuentran disponibles en la plataforma de streaming Netflix, al igual que “La leyenda de Korra”. Si quieres verlas de manera online, debes contar con una suscripción y acceder a los capítulos a través de este enlace.
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Periodista egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con una Maestría en Escritura Creativa. Ha trabajado más de siete años en secciones como Policiales, Ciudad, Espectáculos y Cultura. Redactor del Núcleo de Audiencias en el Grupo El Comercio.