Si hay un hito en las películas inspiradas en cómics, ese lo puso Batman: El Caballero de la Noche (The Dark Knight), de Christopher Nolan, en la que el fallecido Heath Ledger (1979-2008) nos dejó una soberbia actuación como el Joker y posicionándose por encima de los anteriores actores que interpretaron al payaso villano.
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Y por si lo que vimos en pantalla grande no fue lo suficientemente alucinante, fuera del corte final de Batman: El caballero de la Noche quedaron escenas que hoy son una verdadera joya a nivel cinematográfico e interpretativo. Una de ellas tiene que ver precisamente con Heath Ledger y su famosa actuación en la explosión del hospital de Ciudad Gótica.
EXPLOSIÓN, IMPROVISACIÓN Y UN MACABRO JOKER
Todos los fanáticos de la película de Christopher Nolan recordarán la escena de la explosión del hospital de Ciudad Gótica, en la que una falla técnica con los efectos especiales dejó espacio para la improvisación magistral de Heath Ledger como el Joker.
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Pero más allá de las impresionantes tomas panorámicas y del interior del hospital en medio de la explosión, pocos saben lo que hizo Ledger cuando se subió al autobús escolar para huir de la explosión.
Un video subido por la cuenta de YouTube Flashback FilmMaking muestra una escena eliminada, la cual también tiene detalles técnicos del formato IMAX con el que Christopher Nolan registró The Dark Knight.
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En dicha escena, vemos como Heath Ledger no sale del personaje del Joker en ningún momento: mira su macabra obra impasible, se relame los labios, se pasa las manos por el cabello y tiene una expresión de serenidad, poco acorde con lo que acaba de suceder.
El contraste, la incomodidad que nos transmitió Christopher Nolan en Batman: El Caballero de la Noche está magistralmente condensada, incluso, en esta escena eliminada, donde parece que la indicación del director fue nunca sacar la mente de la toma hasta escuchar el “corte”.
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¿POR QUÉ HEATH LEDGER SE LAMÍA LOS LABIOS CUANDO INTERPRETÓ A EL “GUASÓN”?
Uno de los rasgos que definió al “Joker”, de Heath Ledger , en “The Dark Knight”, fue, sin dudas, la lengua del personaje. Cada vez que podía, el actor se pasaba la lengua por los labios y si bien esta manía permitió al payaso a diferenciarse de cualquier otro villano visto en el cine, en realidad su origen tiene un tono más práctico que artístico.
En el documental “I Am Heath Ledger” (2017) se reveló que lamerse los labios fue una ‘técnica’ que el actor desarrolló para pasar menos tiempo en el tráiler de maquillaje de “The Dark Knight”. Para la segunda película de Batman, que sería la penúltima de Ledger, el actor debía usar unas prótesis sobre los labios que simularían las cicatrices del Joker, pero las mismas podían caerse fácilmente cuando hablaba. ¿Qué se le ocurrió entonces al actor? Para evitar estar sentado en la silla de maquillaje varias veces al día, el intérprete se lamía los labios para evitar que las prótesis se caigan y sin quererlo, de esta forma creó uno de los rasgos más distintivos de su personaje.
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El mismo documental reveló que para convertirse en el “Joker”, Heath Ledger pasó seis semanas encerrado para preparar el personaje y perfeccionar sus características. El intérprete sentía que por primera vez en su carrera era un actor. Sentía que podía controlarlo todo en el set y a pesar de lo demandante que podía ser el "Joker”, Ledger era feliz y lo demostraba fuera del set. No se cansaba, solo quería más y por eso siempre estaba tras el director Christopher Nolan.
LA PELIGROSA ESCENA QUE CASI LE CUESTA UN OJO A UN ACTOR DE “BATMAN: EL CABALLERO DE LA NOCHE”
Poco antes del rodaje de esta escena, Christopher Nolan se acercó a Charles Jarman, doble de acción encargado de interpretar al guardaespaldas del líder criminal Gambol (Michael Jai White) y que… Moriría a manos de un impactante truco de magia hecho por el Joker. Se trataba de desaparecer un lápiz dentro de la cabeza de otra persona atravesando la cuenca ocular, acción que el director británico quería realizar con un efecto visual y no con CGI, por lo que Jarman tendría que efectuar un peligroso acto frente a la cámara, contó el actor a Vulture.
“Recuerdo a Christopher Nolan diciéndome: ‘Mira, vamos a hacer un par de tomas donde necesites poder quitar ese lápiz’. Hicimos un par de ensayos a media velocidad para que mi mano derecha se extendiera, tomando el lápiz cuando mi cuerpo bajaba y mi cabeza golpeaba la superficie. Fue un poco difícil porque el lápiz estaba atascado en la mesa”, declaró.
Esto requirió de enorme precisión por cualquier ángulo que se le viera: por una parte Jarman debía simular que el Joker azotaba ferozmente su cabeza contra la pesa, perforando su ojo, todo al mismo tiempo que con una de sus manos quitaba -aún más rápido- el lápiz que estaba frente suyo. A pesar de los ensayos previos, no había margen de error, si algo salía mal el propio Jarman pudo haber perdido la vida.
“Si por alguna razón no movía mi mano a tiempo, no tendríamos esta conversación. Bueno, quizá a través de una tabla de Ouija”, agregó para el medio estadounidense.