Netflix ha convertido la serie secuela de “Karate Kid”, “Cobra Kai”, en un fenómeno total del servicio de streaming. Luego de su éxito en YouTube Red, la compañía llegó a un acuerdo para conseguir los derechos de transmisión de las dos primeras temporadas a la par que renovaba la serie para una tercera parte.
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En este caso, “Cobra Kai” se ubica a más de 30 años del final de la trilogía de “Karate Kid”, regresando a sus orígenes con los actores principales de la saga. Ahora, ya convertidos en maestros de sus propios dojos, Daniel LaRusso y Johnny Lawrence compiten para hacer prevalecer sus enseñanzas en los alumnos.
Sin embargo, el protagonista de “Karate Kid” parece haber olvidado las lecciones que le impartió el Sr. Miyagi cuando estudiaba sus técnicas. Durante todos los episodios LaRusso parece reacio a aceptar que Johnny ahora es una persona totalmente reformada, o al menos que está en camino a serlo.
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Ignorar este hecho también implicaría ignorar las enseñanzas de su sensei en la trilogía original de películas, ¿por qué? Screenrant ha hecho un pequeño análisis de lo que pasa en la serie y todas las palabras que le compartió Miyagi a Daniel, demostrando que ha sido un mal estudiante al ignorar todo lo que su maestro le enseñó.
¿POR QUÉ NEGAR LA BONDAD EN JOHNNY HACE DE DANIEL UN MAL ESTUDIANTE?
Desde el momento en que Daniel se enteró de que Cobra Kai había regresado, no dudó ni un segundo en tratarlos con desprecio. Incluso antes del regreso del abusivo John Kreese al final de la temporada 1 de “Cobra Kai”, Daniel los vio como nada más que malvados e incapaces de cambiar.
E incluso cuando su hija, Samantha, abordó la idea de que ser “Cobra Kai” no convierte automáticamente a alguien en malo, Daniel se negó a ceder. Con ese fin, llevó a cabo varios intentos de forzar a Johnny a la quiebra. Mientras tanto, ni siquiera trató de averiguar si Johnny podría estar haciendo las cosas de manera diferente, o si se estaba logrando algo bueno.
En efecto, Johnny intentaba mejorar la salud y la confianza de los niños acosados que habían acudido a su dojo luego de ver a Miguel, su mejor estudiante y primer amigo en mucho tiempo, pelear contra sus acosadores Nublado por su propia experiencia, Daniel ignoró la lección central del kárate Miyagi-do: que dentro de todas las cosas hay un equilibrio.
El bien y el mal, el amor y el odio, lo positivo y lo negativo, cada uno de estos rasgos opuestos y aún más existen simultáneamente en todos. El Sr. Miyagi lo sabía demasiado bien. Además, sabía que lo más importante era ver, reconocer y mantener ese equilibrio, tanto en lo que respecta al karate como a la vida en general.
El Sr. Miyagi le impartió esa lección a Daniel directamente durante “The Karate Kid”. Sin embargo, a diferencia de la lección del Sr. Miyagi sobre el perdón, Daniel no parece haberlo olvidado, sino que lo ignora voluntariamente. Repetidamente a lo largo de “Cobra Kai”, Daniel recordó, mencionó o incluso transmitió esa lección a estudiantes como Robbie Keene.
No obstante, ha visto a Johnny y a sus estudiantes a través de una lente estrictamente del bien contra el mal, lo que ha permitido que su propio equilibrio se pierda en el proceso. Por supuesto, no habría mucho conflicto si Daniel ignorara estas lecciones por completo, pero es evidente que las conoce, pero decide no aplicarlas.
Daniel ya no es el héroe de la historia, y es por eso que el show de televisión es tan sorprendentemente atractivo. Los tonos de gris de los personajes y la difuminación de las líneas entre héroes y villanos es algo que muchas series actuales trabajan en sus nuevas narrativas y “Cobra Kai” no es la excepción.
Las víctimas pueden convertirse en agresores y los agresores pueden lograr la redención con éxito. Por lo tanto, aunque Daniel se ha perdido de las enseñanzas del Sr. Miyagi, encontrar el camino de regreso lo convierte en un arco convincente para el personaje que ya no es el héroe que muchos admiraban del pasado.
Que Johnny sea el catalizador y la culminación final de ese arco es igualmente fascinante, y tiene un elemento clave para completar el círculo. Ambos personajes están intrínsecamente vinculados, habiendo alimentado los lapsos y el crecimiento del otro. Son dos caras de una misma moneda, y quizás cada mitad de una parte extrema facilitará el restablecimiento de su equilibrio mutuo.