Rafael Amaya alcanzó la fama al protagonizar “El señor de los cielos”, serie donde dio vida a Aurelio Casillas. Gracias a su magistral interpretación, su nombre comenzó a hacerse conocido en el medio artístico a tal punto que se convirtió en uno de los actores más solicitados de América Latina. Sin embargo, cuando estaba en la cima del éxito, el actor mexicano desapareció del mundo de la actuación y no se sabía nada sobre él, hasta hace poco que conocimos que estuvo en una clínica de rehabilitación.
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Tras varios meses de suspenso, se reveló que la verdadera razón de la larga ausencia de Rafael Amaya de la vida pública fue porque el actor mexicano tocó fondo por su adicción a las drogas y el alcohol. Además, estuvo internado seis meses en la Clínica Bajas del Sol, un centro de rehabilitación para adictos que tiene como propietario al mítico boxeador mexicano Julio César Chávez.
En una entrevista exclusiva con People en Español, Rafael Amaya reveló los motivos que lo llevaron a sumergirse en las drogas y el alcohol. Recalcó que se alejó de su familia y amigos, se fue de México y viajó a diferentes países de Europa, Centro y Sudamérica. Además, confesó que se sentía muy solo y no tenía rumbo.
Amaya reconoció que se la fama y éxito lo cegaron y le hicieron perder el rumbo. Él creía firmemente que si la gente que lo rodeaba no tenía autos lujosos y yates, no estaba a su nivel. “Estaba cegado por el manto oscuro de la drogadicción”, dijo a People en Español.
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El recordado “Aurelio Casillas” también reveló que las malas amistades y no tener los pies en la tierra influyeron en sus adicciones. “Alejarme de mi familia, de mis amigos, de las buenas amistades, de la gente que realmente te quiere por quién eres, no por lo que significas”, contó.
“Los buenos amigos ahí están siempre, pero como no tomaban ni estaban en la fiesta ni tenían carros lujosos ni yates ni nada, pensaba que no estaban a mi nivel. Imagínate las babosadas en las que estaba pensando”. Amaya hizo un mea culpa al afirmar que no se dio cuenta que lo más preciado que tiene un ser humano es la salud y él la estaba perdiendo.
“Lo que detonó todo esto fue alejarme de Dios y de mi familia. Alejarme de las personas que [me] aman”, recalcó.