Juan Diego Flórez Salom, nació en Lima el 13 de enero de 1973, es hijo del cantante y guitarrista de música criolla Rubén Flórez Pinedo y de María Teresa Salom. Desde pequeño le gustó la música y se inclinó por cantar pop, rock y música peruana. (Foto GEC Archivo Histórico)
En marzo de 1989, con apenas 16 años, ganó el Primer Festival de la Canción por la Paz con la canción “Camino equivocado”, este festival fue transmitido a nivel nacional por la televisión. (Foto GEC Archivo Histórico)
El año 1990 ingresó al Conservatorio Nacional de Música y poco después comienza a tomar clases de canto con Andrés Santa María, director del Coro Nacional, del cual pasaría a formar parte. (Foto GEC Archivo)
Gracias a la obtención de una beca Juan Diego estudió en Estados Unidos entre los años 1993 a 1996, en el Curtis Institute de Filadelfia. (Foto GEC Archivo)
Su debut profesional fue el 13 de agosto de 1996 como tenor principal de la ópera Matilde de Shabran en el Festival Rossini de Pesaro, Juan Diego inicialmente no iba a tener ese rol, pero el tenor Bruce Ford enfermó y fue designado para reemplazarlo. Su actuación fue tan buena que recibió elogios de la crítica especializada. (Foto GEC Archivo)
El 7 de diciembre de 1996 se presentó en La Scala de Milán y desde esa fecha comenzó su camino ascendente presentándose en los principales teatros y salas de concierto del Mundo. (Foto GEC Archivo)
El año 2011 Juan Diego Flórez crea Sinfonía por el Perú, un sistema de orquestas juveniles e infantiles que a través de un programa de educación musical busca mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes del Perú. El año 2016, con el apoyo de Telefónica, implementan Sinfonía Digital para que los niños de diferentes partes del país y el Mundo puedan acceder a clases de música gracias a la tecnología digital. (Foto: EFE)
A lo largo de su carrera Juan Diego Flórez ha recibido varios premios y reconocimientos: Gran Cruz de la Orden del Sol, la distinción más alta otorgada por el Perú (2007), Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO (2012), el premio Rossini d’Oro, el premio Abbiati de la crítica italiana y el Francesco Tamagno, entre otros. (Foto GEC Archivo)