Andrés de York es uno de los nombres habituales del caso Epstein desde hace buen tiempo. El miembro de la familia real británica estuvo vinculado a Jeffrey Epstein durante años y llegó a un acuerdo con la víctima del fallecido magnate, Virginia Giuffre, para resolver una acusación por abuso sexual. Hoy vuelve a estar en el ojo de la tormenta al aparecer en los documentos judiciales desclasificados en Estados Unidos. A continuación, un repaso de todas las veces que el príncipe fue un ‘dolor de cabeza’ para la realeza británica.
Prince Andrew: The End Of The Monarchy And Epstein es el libro del escritor Nigel Cawthorne, quien develó algunos detalles siniestros de la vida del príncipe Andrés y todas las veces que el hermano de Carlos de Gales puso en aprietos a la reina Isabel II y a la familia real británica por su comportamiento.
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Según el escritor, la que fue niñera del príncipe Andrés destacó el carácter visiblemente travieso del royal británico, calificándolo como un ”joven diablillo” que se divertía molestando a su madre y hacía muchas travesuras. “De alguna manera, Andrés siempre fue perdonado”, comenta Cawthorne.
Andrés y sus modales
A los 16 años, el príncipe Andrés de York se convirtió en un soltero codiciado. Cawthorne revela cómo las chicas clamaban su nombre y lloraban de emoción a su paso. A medida que su popularidad entre las mujeres aumentaba, su mal trato con la gente también se evidenciaban más.
Cawthorne rescata el testimonio de uno de sus guardaespaldas, el cual llegó a confesar que “sus modales eran simplemente horribles”. Uno de sus asistentes, incluso, reveló que “lo he visto tratar a su personal de una manera impactante y espantosa. Ha sido increíblemente grosero con su seguridad”.
Al terminar la escuela, el príncipe Andrés decidió convertirse en piloto de la Armada. Algunos de sus compañeros de Royal Naval College en Dartmouth, le recuerdan como una persona de carácter arrogante y prepotente. Incluso los rangos más altos de la institucióncastrense manifestaron su decepción.
La polémica vida de Andrés
El hijo de la reina Isabel II comenzó a protagonizar polémicos noviazgos con mujeres que no “encajaban” en la realeza: actrices eróticas y modelos entre ellas. En aquel entonces apareció Sarah Ferguson. En 1986, Andrés le pidió la mano, pero su matrimonio fracasó y en 1992 se divorciaron.
Las infidelidades y los escándalos de Ferguson se revelaron en los medios de comunicación. El desinterés por los deberes reales del príncipe Andrés y su ociosidad también fueron siendo cada vez más evidentes, así como su amistad con el exmagnate y condenado por abuso sexual Jeffrey Epstein.
La popularidad del príncipe Andrés fue disminuyendo poco a poco. El escritor británico Cawthorne recuerda un informe del 2010 que destacaba los suntuosos gastos del hermano de Carlos de Gales: viajes, hoteles, comilonas y demás excesos. Andrés era un dolor de cabeza para la reina Isabel II y la familia real británica.
“El problema con Andrés es que su boca se engancha antes que su cerebro”, comentó un alto funcionario de Buckingham en 2001. Hoy, Andrés de York vive sumido en la polémica por escándalos financieros, por su amistad con Epstein y ahora por perder sus títulos militares y patrocinio real.