Curiosidad que pocos conocen. No son muchas las cintas que uno imagina cuando se habla de cuál podría ser la película favorita de la reina Isabel II del Reino Unido. Uno podría suponer que se trataría de un clásico del cine británico. Sin embargo, el actor Brian Blessed asegura que una de las películas favoritas de la monarca es Flash Gordon, un filme basado en el cómic homónimo sobre la lucha de un jugador de rugby contra un emperador galáctico que ha puesto en jaque la Tierra lanzando la Luna contra el planeta.
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Estrenada en el año 1980, ha sido con ocasión de su 40º aniversario cuando Brian Blessed, el actor británico que interpretó al príncipe Vultan en la delirante cinta, ha contado lo mucho que le agrada la película a la mismísima reina Isabel II del Reino Unido. “Es la película favorita de la reina. La ve con sus nietos cada Navidad”, aseguraba el actor en una entrevista concedida a la web Yahoo Movies.
La monarca incluso le habría solicitado muy amablemente que dijera la frase “¿Gordon está vivo?”, pronunciada por el personaje al que da vida Brian Blessed en una de las escenas más recordadas de la película. “El carnicero, el panadero, el fabricante de candelabros, los caballos y las reinas, y los primeros ministros, todos quieren que diga ‘¡Gordon está vivo!’, Es su película favorita”, añadió el actor.
Aunque el actor británico no ha precisado cuándo fue que la reina Isabel II del Reino Unido le reveló su pasión por la película británica Flash Gordon, podría haber ocurrido durante el encuentro que sostuvieron ambos en el castillo de Windsor en 2016, cuando Brian Blessed fue condecorado por la monarca con las insignias de la Orden del Imperio Británico por sus servicios a las artes y la caridad.
El día que el actor Brian Blessed fue condecorado por la reina Isabel II del Reino Unido con la insignia de la Orden del Imperio Británico. (Foto: AFP)
Tres años antes de que recibiese la condecoración de la reina, el actor ya había revelado a los medios de comunicación ingleses que, cada vez que visitaba el palacio de Buckingham para acudir a algún acto, nunca faltaba que un trabajador de la familia real británica le exclamara: “¿Gordon está vivo?”.
