El próximo 9 de abril se cumple un año de la muerte de Felipe de Edimburgo. Y es posible que ese día la reina Isabel II del Reino Unido recuerde la promesa que le hizo a su amado esposo a poco de morir. Como se recuerda, el duque de Edimburgo falleció a los 99 años, dos meses antes de cumplir su centenario.
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La promesa fue un pacto hasta ahora secreto entre ambos, según ha revelado el periodista Richard Kay, del diario Daily Mail: aquel que se quedase solo guardaría un breve período de luto y luego disfrutaría plenamente del resto de sus días. Un pacto que la monarca parece decidida a respetar.
En la misa conmemorativa en honor al duque de Edimburgo celebrada en la abadía de Westminster el último martes, Isabel II pareció estar al borde de las lágrimas. Durante la ceremonia para recordar a su esposo casi un año después de su muerte, la monarca parecía tener los ojos irritados por el llanto.
La “promesa secreta” entre Isabel II y Felipe
Pero incluso en una situación tan emotiva, la soberana supo contener las emociones y no se quebró frente a los presentes. La misma entereza que le ha permitido afrontar este último año lleno de problemas para la familia real británica sin ni siquiera poder contar con el apoyo del príncipe Felipe.
A pesar de contagiarse de COVID-19, del escándalo de abusos sexuales que implica a Andrés de York y de la herida con Enrique y Meghan de Sussex que aún no ha llegado a cicatrizar, en los últimos doce meses Su Majestad se ha mostrado a menudo de buen humor y semblante, a pesar de sus 95 años.
Su actitud demostró que quiere mantener el pacto que al parecer hizo en su día con Felipe, “un acuerdo secreto en caso de que uno muriese antes que el otro”. Fue idea del duque de Edimburgo, que unos meses antes de su muerte supuestamente le hizo prometer lo siguiente a la reina: “Quien quede vivo podrá llorar, pero no demasiado tiempo, para así poder disfrutar de la vida que le quede por delante”.