A falta de poco menos de un mes para la llegada al mundo de la segunda hija del príncipe Enrique de Sussex y Meghan de Sussex, se ha conocido que no tendrán una fiesta de baby shower como la que celebró hace dos años, cuando estaba embarazada de su primer hijo Archie. El motivo de la decisión lo ha revelado una fuente cercana a la mediática pareja que reside en California, Estados Unidos.
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Según ha revelado una fuente cercana a los duques de Sussex a la revista Us Weekly, Meghan, “considera que celebrar un gran baby shower con regalos no sería apropiado ahora mismo. Hay demasiados problemas en el mundo. Tanto ella como Enrique están involucrados en causas humanitarias y sienten que pueden dedicar su tiempo y sus recursos a una causa mejor”, recoge dicho medio.
En febrero de 2019, cuando estaba embarazada de siete meses, celebró el nacimiento de su primer hijo con una fiesta en la suite de un hotel de Nueva York. Amigas como Serena Williams le organizaron un baby shower cuyos gastos se estiman en cerca de US$200.000, una cifra que los medios en el Reino Unido criticaron contra una Meghan que por ese entonces aún era miembro de la Familia Real.
Según reveló entonces una amiga de la duquesa de Sussex a la revista Vanity Fair, Meghan Markle no quería quedarse sin celebrar su baby shower, pero en el Reino Unido su majestuosa fiesta en un hotel de Nueva York no se consideró apropiada. Lo mismo parece considerar ahora Meghan de Sussex, quien en los últimos meses ha encauzado sus celebraciones familiares hacia su labor humanitaria.
Hace apenas unos días, por ejemplo, los duques de Sussex aprovecharon el cumpleaños de su hijo Archie para animar a las personas que querían felicitarle a hacer donativos a las organizaciones benéficas con las que colaboran, mientras que este fin de semana celebraron el Día de la Madre donando material a una ONG dedicada a la ayuda de las mujeres embarazadas que no tienen hogar.