Continúan bajo los reflectores de los medios de comunicación. La guerra entre la prensa inglesa y los duques de Sussex ha vivido una nueva batalla que, por ahora, parecen haber perdido Enrique y Meghan de Sussex. Esta vez ha sido contra uno de los más feroces críticos de la pareja, el presentador británico Piers Morgan. El flagelo de los Sussex se ha visto ganador de uno de los enfrentamientos más controversiales de los últimos meses.
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El organismo del Reino Unido que regula el sector de las comunicaciones, Ofcom, ha concedido que Piers Morgan tenía derecho a criticar abiertamente a Meghan de Sussex, como hizo a principios de marzo en un programa de ITV en el que era la principal estrella, llamado Good Morning Britain.
Aquella vez, tras la polémica entrevista de los duques de Sussex con la presentadora Oprah Winfrey, Morgan criticó duramente a la duquesa y sus declaraciones sobre que había llegado a pensar en el suicidio y que su salud mental se había visto dañada por formar parte de la familia real británica.
Las feroces críticas del expresentador de CNN, que afirmó no creer una sola palabra de lo dicho por la exactriz de Suits, fueron tan intensas que acabó abandonando el estudio de televisión en vivo y, luego, presentó su carta de renuncia al sintonizado programa británico que se emitía todas las mañanas.
Las declaraciones de Morgan provocaron que Ofcom recibiera más de 58.000 quejas de los televidentes contra el presentador británico, incluida una protesta por parte de la propia duquesa de Sussex, que se quejó tanto ante el regulador como ante el canal de televisión que emitía el programa.
Ahora, este ha decidido que él estaba haciendo uso de su derecho a la libertad de expresión. “Nuestra decisión es que, en general, el programa contenía suficientes puntos de vista distintos para proporcionar una adecuada protección y contexto a sus espectadores”, afirma la decisión, que también asegura que el hecho de no permitir expresarse a Morgan habría supuesto un recorte a la libertad de expresión.
Morgan se ha mostrado más que feliz por la decisión del regulador. “Estoy encantado de que Ofcom haya apoyado mi derecho a no creer las incendiarias proclamas ante Oprah Winfrey del duque y la duquesa de Sussex, que se han demostrado falsas. Esta es una rotunda victoria por la libertad de expresión y una rotunda derrota para los Príncipes Pinochos. ¿Me van a devolver mi trabajo?”, tuiteó.
Por ahora, los duques de Sussex no han emitido declaración alguna tras la decisión del ente regulador británico sobre uno de sus más feroces críticos.