Sarah Ferguson se quedó al cuidado de los corgis de la reina Isabel II. (Foto: Sarah Ferguson / Instagram)
Sarah Ferguson se quedó al cuidado de los corgis de la reina Isabel II. (Foto: Sarah Ferguson / Instagram)
Oscar Guerrero Tello

A un año de la muerte de la reina , sus corgis, Muick y Sandy, se quedaron en Windsor. Los dos canes quedaron al cuidado del príncipe Andrés de York y su exesposa Sarah Ferguson, que sigue residiendo en el Royal Lodge de Windsor junto a su expareja. La duquesa de York ha revelado recientemente cómo es cuidar a las queridas mascotas de la monarca.

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Fueron el propio príncipe Andrés y sus hijas, Eugenia y Beatriz de York, quienes les regalaron estos dos corgis a la monarca hace unos años, con la promesa de que, en caso de que le sucediese algo a ella, se harían cargo de ellos. Y así ha sido: quedaron confiados a estos integrantes de la familia real británica.

Los corgis que asistieron a la monarca hasta su último aliento, según , y que parecían melancólicos y desconcertados en aquellas imágenes del funeral de la reina Isabel II que dieron la vuelta al mundo, ya disfrutan de la compañía de un nuevo hogar en el Reino Unido.

Sarah Ferguson y los corgis de Isabel II

El pasado mes de octubre, Sarah Ferguson reveló que los queridos corgis de Isabel II se encuentran bien y felices en su nueva etapa al publicar una foto en sus redes sociales en la que aparece recostada junto a ellos con el verdor de Windsor como telón de fondo.

Ferguson ha sido recientemente entrevistada por la revista con motivo del lanzamiento de su nueva novela A Most Intriguing Lady (“Una dama de lo más intrigante”), si bien en ella ha hablado tanto de la difunta monarca como de los cachorros que le legó.

“Le alegraría saber (a lsabel II) que (los corgis) siguen paseando donde solían hacerlo con ella”, dijo.

Ferguson también admite que en ocasiones cuidar de los perros de la reina puede ser una fuente de estrés: Son dos iconos nacionales, así que cada vez que salen corriendo a perseguir una ardilla me entra el pánico”. Pero asegura que los dos corgis son “una ricura total”. También revelo una teoría un tanto espiritual: “cuando le ladran a la nada, significa que ella está pasando por aquí”.


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