El desperdicio de alimentos es un problema mundial. A diario miles de toneladas son arrojadas a la basura sin darles una segunda oportunidad. Frente a esto, Amy Keller decidió convertir los excedentes de frutas y verduras en una idea de negocio llamada ‘Climate Candy’ (caramelo climático). Esta es la historia de la bisnieta de Norman Spangler, fundador de la fábrica Spangler Candy Co., compañía de Ohio (Estados Unidos), fabricante de golosinas nostálgicas como Circus Peanuts, Sweethearts y Dum Dums.
Cuando cumplió 1 año de vida recibió su primer Dum Dums (cuyo sabor favorito es el pop misterioso) y creció rodeada de chupetines, bastones de caramelo y malvaviscos. Su familia fundó la compañía en 1906 y se convirtió en la mayor fabricante de paletas en el mundo.
Sin embargo, frente a la cantidad de alimentos que no eran considerados dentro de una producción, ella pensó en formas de utilizarlos luego de visitar la Bóveda Global de Semillas en Svalbard, Noruega, en 2018 con Kevin Wall. “Mientras estaba en el viaje leía ‘Drawdown: The Most Comprehensive Plan Ever Proposed to Reduce Global Warming by Paul Hawken’. Aprendí cómo se desperdicia el 40% de los alimentos en todo el mundo. Por estas razones, el plan de negocios de la empresa se elaboró mientras estaba en el Círculo Polar Ártico”, contó.
Los caramelos climáticos de Amy Keller
La joven ha seguido el legado de su familia con una nueva creación llamada FAVES by ‘Climate Candy’, su propia marca de dulces saludables y ecológicos que nació en la búsqueda de una solución para el desperdicio de alimentos junto a sus cofundadores Wall y su esposa la Dra. Susan Smalley, que combina su pasión por los problemas medioambientales y la salud con el negocio familiar de crear dulces. Cada empaque está elaborado con vegetales dañados que fueron recogidos y la fórmula requiere de 6 zanahorias, 3 remolachas, 1 batata, ½ calabaza y ¼ zapallo que fueron convertirlos en polvos nutritivos que pueden usarse en la producción de diversos alimentos y bebidas.
En conversación con la revista People, la cofundador y director ejecutivo, reveló que están hechos de frutas y vegetales deformes “perfectamente imperfectos” pero “perfectamente buenos”. Es así que los FAVES son deliciosos, nutritivos y buenos para el planeta.
“Cuando las personas prueban FAVES, no pueden creer que estén hechos de frutas y verduras” y la dulzura es propia de estos alimentos, pues “imaginamos un mundo donde las frutas y verduras saben a caramelo”. Los sabores disponibles son cereza, fresa, limón y naranja.
Eso no es todo, pues FAVES, que significa “Dulces de frutas y verduras”, está ayudando a combatir la crisis climática y el mensaje está claro en la envoltura: “Lo hicimos. Convertimos los problemas en dulces, y ahora puedes comerlos”.
Desde el inicio, esta activista por el clima y siete veces triatleta Ironman, estuvo decidida a “crear un negocio que pudiera hacer una contribución al planeta y tener un impacto positivo en la vida y la salud de las personas” y que permita seguir disfrutando de los dulces.
‘Climate Candy’ rescata alrededor de 2,2 millones de frutas y verduras al año y evita que estos se infecten en los vertederos. Es así que cada paquete de dulces de origen vegetal que se consume “significa que ha rescatado una manzana, dos zanahorias, dos fresas, dos cerezas, junto con rodajas de limones, naranjas, remolachas, batatas y calabazas”, explica sobre sus dulces que se venden en Estados Unidos por $3.99 el paquete de 2 onzas y $4.99 el de 4 onzas.