Un joven británico fue a una subasta con el fin de comprar un departamento que había visto junto a su novia, pero por error acabó comprando una mansión de más de un siglo de antigüedad y que estaba en completo estado de abandono.
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Callum Hunter, de 28 años, y su novia Claire Segeren, de 26, invirtieron los ahorros de su vida en “una casa de seis habitaciones” ubicada en la ciudad de Dunoon, en Escocia, y creyeron que habían hecho el mejor trato de sus vidas; sin embargo, grande fue su sorpresa cuando un hombre que estaba sentado a unos metros les hizo una sencilla pregunta.
“Pero, ¿viste lo que acabas de comprar”, le preguntó el sujeto a Callum, quien no tenía idea de que había adquirido por 10 mil libras (un poco más de 13 mil dólares estadounidenses) una mansión victoriana en la que ninguno de los presentes se había mostrado interesado.
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El joven explicó que una de las razones por las que hizo una oferta fue el monto tan bajo que pedían por la vivienda. Durante la subasta, su mano fue la única que estuvo arriba, lo que lo convirtió en dueño automático de la vivienda. Además, dijo en conversación con el medio The Guardian que el número con el que se identificó a la edificación durante la subasta no coincidía con el número del folleto que él tenía en su mano. Aparentemente, porque “lo agregaron a última hora”.
A lo anterior se suma el hecho de que Callum no pudo entender del todo al subastador debido a su acento. “Me costó seguirlo”, aseguró.
Sin embargo, lejos de intentar deshacerse de la mansión, la pareja enfocó todos sus esfuerzos en transformarla en un hogar, una tarea para nada sencilla no solo por su antigüedad, sino también porque habían comprado solamente la mitad de la casa.
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Durante seis meses, estuvieron intentando adquirir las otras dos unidades y, finalmente, lo consiguieron. Con sus últimos ahorros, compraron una casa rodante en la que vivieron mientras trabajaban todos los días en la vivienda.
“Luego de tres años, han podido cambiar la cara de la mansión hasta darle la forma de un verdadero castillo.“Es un trabajo duro, pero los dos aprendimos mucho. Asumir tantas cosas nos ayudo a crecer como personas. Aprendimos de todo, desde albañilería hasta software de diseño en computadora, plomería y electricidad”, cuenta Hunter. “Además, creamos un Instagram para que la familia de Claire pudiera mantenerse al día”.
La historia de la pareja cautivó al internet. Gracias a las fotos que muestran el increíble antes y después de la edificación, han logrado superar los 280 mil seguidores. Además, se sienten muy a gusto en su nueva casa no solo por su nuevo aspecto, sino también por el apoyo que han recibido de los vecinos.
“Los vecinos nos recibieron con los brazos abiertos. Nos ofrecen sopa para comer y nos prestan herramientas. Este un lugar especial. Si accidentalmente tenía que comprar una casa, no podrías haberlo hecho en un lugar mejor”, concluye Callum.
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