El fragmento del cráneo fue hallado en las costas de los Outer Banks de Carolina del Norte. (Facebook/Cape Hatteras National Seashore).
El fragmento del cráneo fue hallado en las costas de los Outer Banks de Carolina del Norte. (Facebook/Cape Hatteras National Seashore).
Redacción MAG US

Los visitantes de una playa de pasaron de la quietud al desconcierto esta semana, luego de que hallaran el fragmento de un gran cráneo en las orillas. La pieza pertenecía a un animal marino que pesa más de 40 toneladas y las autoridades lanzaron una advertencia.

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El pasado 15 de mayo, el fragmento de un cráneo llegó a las costas de los Outer Banks de Carolina del Norte y desconcertó a los visitantes por su forma: tenía dos hileras de bordes que parecían dientes.

Tras ser alertado por los visitantes, personal del Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos (NPS) acudió al lugar para examinar la cavidad. Según informaron los voceros horas después, medía dos pies de ancho, dos pies de alto y pesaba al menos 40 toneladas (junto al resto del cuerpo de la criatura).

¿A qué animal pertenecía el misterioso cráneo?

De acuerdo con los funcionarios, el fragmento del cráneo perteneció a una ballena jorobada.

“Las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) tienen estructuras craneales especializadas para sustentar sus comportamientos alimentarios únicos”, señalaron a través de Facebook los funcionarios de la Costa Nacional Cabo Hatteras.

“Sus cráneos son relativamente flexibles, especialmente alrededor de las articulaciones de la mandíbula, lo que les permite abrir bien la boca para consumir grandes volúmenes de agua y presas”, agregaron.

Desde el 2016, al menos 30 ballenas jorobadas han sido hallados muertas en las costas de Carolina del Norte, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que cita

Además de los varamientos, otras causas de sus decesos son las colisiones con barcos o los encuentros con cazadores.

Los funcionarios advirtieron a los ciudadanos que no se apoderen de estos fragmentos y los luzcan como trofeos, pues es ilegal, de acuerdo con la Ley de Protección de Mamíferos Marinos.

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Una visita especial en la playa de Ipanema, en Rio de Janeiro. A pocos metros de la arena, una ballena jorobada nadaba tranquilamente junto a su cría. Las imágenes fueron grabadas por un dron. De julio a octubre, las ballenas jorobadas llegan a las cálidas aguas de la costa atlántica brasileña, donde nacieron, para iniciar su ritual de apareamiento. Estos gigantescos cetáceos pueden llegar a medir 17 metros de largo, pesar unas 40 toneladas y recorrer unos 8.500 kilómetros para reproducirse. (Fuente: AFP)
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