Debi Mitchell es una mujer de Florida, Estados Unidos, que sufría de dolor de pies y tenía dificultades para respirar durante actividades rutinarias. A sus 68 años, la jubilada de San Petersburgo disfruta caminar y visitar lugares, pero sus problemas de salud se lo impedían. Preocupada por su bienestar, programó una evaluación cardíaca. Aunque su corazón estaba en buenas condiciones, su médico le informó que su peso contribuía a su fatiga y movilidad limitada.
Un cirujano ortopédico le recomendó una cirugía de reemplazo de rodilla para aliviar sus dolores, pero para ello debía perder 10 libras (4.5 kg).
“Pensé: ‘Puedo perder 10 libras’. Pesaba 285 (129 kg), así que tenía mucho que perder. Pero descubrí que, sin importar lo que hiciera, llegaba a un punto muerto y luego abandonaba”, reveló en conversación con el medio TODAY.
Fue entonces cuando vio un anuncio en Facebook sobre Fluid Running, un programa de ejercicios en aguas profundas que utiliza la resistencia del agua para desarrollar fuerza y evitar lesiones.
Mitchell, quien había sido nadadora sincronizada en su juventud, consideró que este programa sería ideal para ella. Además, tenía una piscina en casa, lo que la dejaba sin excusas para no ejercitarse en casa.
El programa Fluid Running incluye un cinturón de flotación y auriculares impermeables para seguir los entrenamientos de audio bajo el agua.
“Me encanta cuando me pongo los auriculares y escucho a la entrenadora Jennifer decir: ‘Hola, Fluid Runners’… Justo cuando estoy empezando a bajar el ritmo, ella dice: ‘Está bien, sé que estás cansada. Levanta la cabeza y recupera el equilibrio. Vamos’. Es como si estuviera dentro de tu cabeza”, detalló.
Un novedoso programa que puede ayudar a quienes les cuesta ejercitar
Este ejercicio permite a los usuarios controlar la intensidad de sus entrenamientos, combinando resistencia, fuerza y cardio. Según la empresa, se pueden quemar hasta un 40% más de calorías que corriendo en tierra firme.
Al principio, Mitchell tuvo dificultades para completar el régimen de 55 minutos, pero pronto notó los beneficios. Después de dos años y medio, sigue con sus entrenamientos de Fluid Running, tres veces por semana, lo que le ha permitido perder 40 kilos. Más importante aún, ha pasado de no poder cruzar la calle a caminar hasta ocho kilómetros por día.
“Comencé a hacerlo y fue un cambio radical para mí. Era justo lo que necesitaba: orientación, aliento y motivación. Realmente cambió mi vida”, señaló la estadounidense.
Mitchell ya no necesita medicamentos para la diabetes tipo 2 y ha evitado la cirugía de rodilla gracias a su pérdida de peso. Como le explicó su cirujano ortopédico, cada kilo perdido reduce tres kilos de presión en sus rodillas, lo que ha aliviado su dolor significativamente.
Además, la mujer ha redescubierto su amor por los viajes. Ahora puede caminar largas distancias sin problemas, lo que ha mejorado considerablemente su jubilación. Ha viajado a Italia, Francia, Canadá y Estados Unidos con su esposo, disfrutando de cada momento sin las limitaciones que antes le imponía su peso.
Mirando hacia el futuro, Mitchell se siente orgullosa de su progreso y llena de esperanza. Con una nueva mentalidad, compartió un mensaje que podría ser de ayuda para quienes atraviesan una situación similar a la suya.
“Si no es ahora, ¿cuándo?”, dice. “El tiempo va a pasar, hagas cambios o no. Ojalá hubiera adoptado esta mentalidad hace 20 años”.