Una mujer de Dallas (Texas, Estados Unidos) pensó que el lunar que había tenido durante años era una “marca de nacimiento”, hasta que comenzó a sangrar cuando se rascó. Así, descubrió que padecía cáncer de piel en etapa 2.
En 2009, Ilia J. Smith, entonces de 29 años, estaba en un spa con su amiga Tracee Blackburn. Cuando la primera ingresó a la piscina, su acompañante, quien trabaja como asistente médico especialista en dermatología, se concentró en un gran punto negro en la parte derecha de su cadera.
“Oh chica, eso es una marca de nacimiento”, dijo en ese momento Smith, ahora de 42 años. Blackburn miró más de cerca y no estaba convencida, por lo que le advirtió a su amiga que se hiciera ver. Para estar segura, la mujer le preguntó a su madre y confirmó que la marca siempre había estado allí.
El medio Insider señala que, en 2020, un año después de dar a luz a su hija, el lunar le comenzaría a picar. Unos meses después, estaba en el baño y accidentalmente se raspó, provocando que la marca sangrara.
Smith, inmediatamente, recordó ese día en el spa y le envió un mensaje a Blackburn con una foto, quien le recomendó hacerse una biopsia.
Reservó una cita con una dermatóloga, quien le diagnosticó melanoma en etapa 2B, el nivel más avanzado de cáncer de piel en etapa dos.
“Siendo afroamericano, no piensas en el cáncer de piel”
La mujer, de origen nigeriano-irlandés, aseguró que le encantaba broncearse cuando era más joven. “Muchos de los miembros de mi familia tienen la piel más oscura; yo quería ser como mi familia”, indicó. Asimismo, confesó: “Siendo afroamericano, no piensas en el cáncer de piel”.
Los diagnósticos de melanoma son los más bajos para las personas negras en comparación con las personas de todas las demás razas. Según el medio citado, ocurren en 1 de cada 1000 pacientes.
Al hablar sobre su pasado, Smith afirmó haber vivido en Filipinas, California y Texas, lugares en donde hay mucho sol. También usó camas de bronceado y, cuando se aplicó protector solar, optaba por “una loción bronceadora que tenía más de 3 o 7 FPS”.
Ahora, se arrepiente de no haber sabido que los protectores solares adecuados pueden prevenir daños serios en la piel.
“Todo este tiempo, podría haber estado protegiendo mi piel y tal vez no haberme caído por esta ruta en la que ni siquiera puedo estar bajo el sol”, dijo.
Como el cáncer no se había propagado a sus ganglios linfáticos, Smith solo necesitaba que le extirparan quirúrgicamente la lesión cancerosa. Aún así, fue un proceso bastante complicado que requirió que su oncólogo cortara 8x4 cm de tejido.
El procedimiento fue exitoso y la mujer debió someterse a a exámenes de detección de cáncer de piel cada tres meses durante los siguientes dos años. Ahora, solo los tiene cada seis meses.
A pesar de encontrarse bien de salud, asegura que lo más difícil ha sido el evitar el sol. “Me encanta correr y me encanta simplemente estar bajo el sol y llevar a mi hija a la piscina”, señala.
Ahora, usa sombrero, protector solar de al menos 30 FPS y ropa manga larga para evitar los rayos del sol. Si está en la playa, siempre se sienta en la sombra.
“Creo que todas las etnias, no solo las personas pigmentadas, necesitan mirarse a sí mismas”, advirtió. “Si tiene pecas o lunares, mírelos y hágalos revisar al menos una vez al año por un dermatólogo certificado”.
¿Qué es un melanoma?
El melanoma, el tipo más grave de cáncer de piel, se forma en las células (melanocitos) que producen melanina, el pigmento que le da color a la piel. El melanoma también puede manifestarse en los ojos y, rara vez, dentro del cuerpo, como en la nariz o la garganta, señala Mayo Clinic en su web.
La causa exacta de todos los melanomas no está clara, pero la exposición a la radiación ultravioleta (UV) de la luz solar o de las lámparas y de las camas solares aumenta el riesgo de tener melanoma. Limitar la exposición a la radiación UV puede ayudar a reducir el riesgo de tener melanoma.
Los primeros signos y síntomas del melanoma suelen ser:
- Un cambio en un lunar existente
- La formación de un nuevo bulto pigmentado o de aspecto inusual en la piel