En abril de 2014, Kelly Boyle compró un gato para que le hiciera compañía y lo llamó ‘Rascal’, pero al poco tiempo descubrió que su mascota tenía una enfermedad poco común. Tras conocer la condición de su felino, la mujer gastó 30 mil dólares para tratar el asma de su ‘michi’ y asegura no estar arrepentida del gasto invertido ya que se trata de su familia.
Kelly Boyle es una mujer escocesa de 35 años y, en diálogo para NY Post, reveló que su amado ‘Rascal’ desarrolló una tos leve, lo que ella asumió que sufría de una bola de pelo alojada.
Sin embargo, lo que al principio parecía normal, luego se convirtió en un fuerte ataque de asma hasta seis veces al día. Entró en pánico y buscó ayuda profesional.
Ante este panorama, Boyle llevó a su mascota a un veterinario en abril de 2018, donde le diagnosticaron una rara infección que afecta al 5% de los gatos en todo el mundo: asma felina.
“Estaba muy conmocionado y me preguntaba qué iba a hacer, cómo iba a manejar y, lo más importante, su esperanza de vida”, dijo Boyle a NeedToKnow.co.uk.
El veterinario le sacó radiografías y análisis de sangre, los cuales confirmaron que su mascota tenía una enfermedad poco común, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Cornell.
Crear conciencia
Tras conocer la condición de ‘Rascal’, la creadora de contenido espera crear conciencia sobre la terrible experiencia de salud de su felino y revela que ha gastado más de 30 mil dólares en el tratamiento de su enfermedad.
“Cuando fue diagnosticado, todos los costos se acumularon rápidamente y en el primer año, gasté más de 8.000 dólares. Pero todo valió la pena”, explicó en sus redes.
Monitoreando su respiración
Si bien el ‘gran susto’ ya pasó, Boyle instaló una cámara para gatos en cada habitación de su hogar a fin de monitorear su respiración.
Asimismo, reveló que necesita tres inhaladores por día: naranja por la mañana, púrpura por la noche, y uno azul para los brotes repentinos, que necesitará por el resto de su vida.
Afortunadamente, cada seis semanas su mascota recibe una inyección antiinflamatoria, lo que le ayuda a poder saltar, correr y siempre estar en movimiento sin quedarse sin aliento.