Los varamientos de orcas suelen registrarse cada año y muchas veces las probabilidades de supervivencia son bajas. En marzo de este año, una orca quedó varada en la cosa de Vancouver, Canadá, y a pesar de los intentos de rescate, no pudieron hacer nada para mantenerla con vida. Los esfuerzos se enfocaron entonces en su cría, pero el cetáceo se negó a abandonar el cadáver de su madre durante un mes. El último viernes, sin embargo, nadó por sí sola y retornó al mar abierto.
De acuerdo con los reportes de medios canadienses, una orca embrazada y su cría ingresaron a una laguna de Zeballos, un pueblo ubicado en la costa noroeste de la isla de Vancouver en Columbia Británica. Los expertos infieren que terminaron en aguas poco profundas por una caza que terminó mal, pues en un puerto cercano había restos de foca.
La orca madre quedó atrapada en un banco de arena y, por más que la población local de las Primeras Naciones, intentó salvarla no tuvo éxito. El cetáceo murió el pasado 23 de marzo y su cría se negó a abandonar el área donde estaba el cadáver, según 20 Minutos.
Después de rescates fallidos, cría de orca salió de laguna
Desde que murió la orca madre, equipo de Fisheries and Oceans Canadá y pobladores hicieron denodados esfuerzos por salvar a la cría, a la que llamaron “Pequeño Cazador Valiente” o “Kʷiisaḥiʔis” (nombre asignado en el idioma de la Primera Nación Ehattesaht), según CNN. Sin embargo, en más de una ocasión suspendieron las labores, pero el animal no colaboró.
No obstante, el monitoreo de la pequeña orca fue diario y se aseguraron de que gozaba de buena salud. “Este no es el lugar donde normalmente debería estar y no está con las ballenas con las que normalmente debería estar acompañada. Y es una ballena muy joven que normalmente todavía estaría muy cerca de su madre y dependería de ella para las cosas”, dijo Martin Haulena, veterinario del Acuario de Vancouver.
Afortunadamente, la cría de 2 años logró abandonar la laguna el último viernes 26 y fue captada nadando por de Little Espinosa, gracias al apoyo de rescatistas. El próximo paso fue salir de la ensenada para llegar a mar abierto.
“Ahora estamos en una nueva fase y, aunque el equipo esté extasiado, se incrementarán las patrullas y se tomarán medidas de protección para garantizar que no tenga contacto con barcos o personas”, indicaron las autoridades en un comunicado.