El vuelo 243 de Aloha Airlines perdió su techo cuando estaba en las alturas y expuso a 95 personas. (Foto: Sipa/Shutterstock)
El vuelo 243 de Aloha Airlines perdió su techo cuando estaba en las alturas y expuso a 95 personas. (Foto: Sipa/Shutterstock)
Cristhian Zamudio

Más de cien pasajeros vivieron momentos de pánico el último viernes, luego de que se desprendiera una parte del avión de en pleno vuelo. Afortunadamente, la nave aterrizó a salvo de regreso en el Aeropuerto Internacional de Portland y no pasó a mayores. Tras el susto, varios usuarios recordaron el vuelo 243 de Aloha Airlines, en la que perdió el techo cuando estaba en las alturas y expuso a 95 personas.

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El 28 de abril de 1998, un Boeing 737-200 matriculado como N73711 de Aloha Airlines, voló desde el Aeropuerto Internacional de Hilo a Honolulu, Hawái. Noventa y cinco personas, cinco de ellos tripulantes y los demás pasajeros, se encontraban a bordo.

Después de veinte minutos, el avión sufrió una descompensación explosiva cuando se encontraba a una altitud de 24 mil pies. No solo el techo se desprendió, sino también la sección de las alas y gran parte del fuselaje.

Muchos pasajeros quedaron expuestos a bajas temperaturas y a fuertes vientos, por lo que temieron lo peor. No obstante, una integrante de la tripulación tuvo un desenlace fatal.

94 sobrevivientes y una tripulante fallecida

El capitán Robert Schornsteimer estaba al mando del Boeing 737-200 y su copiloto era Madeleine Tompkins. Jane Sato-Tomita, Michelle Honda y la jefa de cabina, Clarabelle Lansing formaban parte de la tripulación de cabina.

Clarabelle Lansing salió despedida automáticamente, pero el resto de viajeros tenían los cinturones abrochados y se mantuvieron a salvo. Aun así, existía el riesgo de que la aeronave se desprenda por completo, debido a tanta presión.

En esas circunstancias, Schornsteime solicitó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Kahului en Maui, aeropuerto situado entre montañas y donde suele haber un viento muy fuerte.

Pese a todas las dificultades que se presentaron en los minutos siguientes, el piloto consiguió aterrizar milagrosamente con las 94 personas a bordo. El cuerpo de la azafata de 58 años nunca fue encontrado, de acuerdo con medios internacionales.

La causa del incidente, de acuerdo con las investigaciones posteriores, se debió a una fatiga del metal.

SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Federico Villarreal. Con experiencia en el periodismo escrito y digital en las secciones policiales, deportes, actualidad y tendencias. En la actualidad, es redactor real time del área Núcleo de Audiencias en el Grupo El Comercio.

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