¿Sabías que un oso pardo siberiano participó en la Segunda Guerra Mundial? Se llamaba ‘Wojtek’ y no cabe duda que fue el soldado más atemorizante que participó en el histórico conflicto bélico. Su caso fue tan insólito que será llevado al cine y aquí te contamos todo sobre este peludo soldado.
MIRA: Con 104 años: el anciano que hace historia al superar la gripe española, la Segunda Guerra Mundial y el coronavirusEl portal Cracked, citando un informe del medio escocés Edinburgh News, señala que todo comenzó en 1942 cuando un pequeño osezno, que quedó huérfano por culpa de unos cazadores, fue vendido en Irán a unos soldados polacos.
Pero lo que nadie esperaba era que aquel oso acabaría convirtiéndose en miembro de la compañía de suministros de artillería N° 22 del Ejército de Polonia, uno de los países que combatió para el bando de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.
El comienzo de la carrera militar del oso
El osezno fue bautizado como ‘Wojtek’, que era alimentado con un biberón por los soldados y los acompañaba en sus viajes. “Era como un perro enorme, nadie le tenía miedo”, contó un soldado al referido medio escocés sobre su insólito compañero de barracas.
En 1944, las tropas polacas se unieron a sus camaradas que luchaban en Italia pero, al no permitirse las mascotas en el bote, a los soldados se les ocurrió la brillante idea de enrolarlo como si fuera uno de ellos.
Una vez inscrito en las fuerzas armadas polacas, a ‘Wojtek’ se le permitió el abordaje, además de recibir un libro de pagos (aunque nunca recibió nada), y, lo más importante, raciones dobles para saciar su voraz apetito.
Wojtek, un soldado más
Además de jugar a las luchas con sus compañeros, ‘Wojtek’ comía cigarrillos, bebía cerveza e incluso dormía en las carpas de su batallón pero, más que ser usado como un armamento de guerra, su función principal era la de mantener alta la moral de las tropas.
Sin embargo, no se limitaba exclusivamente a eso ya que también demostró ser útil para las batallas. Existen testimonios que el plantígrado cargaba las pesadas municiones del mortero y una vez incluso hasta capturó a un “espía” en su campamento.
La fijación de Wojtek hacia las duchas frías, algo no muy difícil de imaginarse siendo el único animal peludo en el desierto al que fue destacado con su batallón, fue lo que propició el descubrimiento de un disidente local que intentaba robar provisiones.
El hombre gritó al ver al enorme oso refrescándose en las duchas y fue atrapado por los soldados, que recompensaron a Wojtek con dos cervezas y un permiso especial para que pase todo el día tomando las duchas frías que tanto amaba.
Héroe de guerra
Uno de los puntos más altos de la vida militar de ‘Wojtek’ fue su condecoración como héroe de guerra por su labor durante la batalla de Montecassino (también conocida como la batalla por Roma y la batalla por Cassino).
Existen registros que confirman que en medio del fragor de la batalla, el enorme oso imitó a sus camaradas al transportar cajas de artillería que pesaban 45 kilos con sus patas delanteras mientras caminaba erguido sobre las traseras.
Después de la Segunda Guerra Mundial, ‘Wojtek’ fue enviado al zoológico de Edinburgo donde pasó el resto de sus días hasta su muerte en 1963. Se dice que se alegraba cuando escuchaba a alguien hablar en polaco y los exsoldados polacos lo visitaban para darle de comer cigarrillos.
¿Qué fue y quiénes participaron en la Segunda Guerra Mundial?
La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945 donde se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo, incluidas todas las grandes potencias, agrupadas en dos alianzas militares enfrentadas: los aliados y las potencias del eje, según Wikipedia.
“Fue la mayor contienda bélica de la historia, con más de cien millones de militares movilizados y un estado de ‘guerra total’ en que los grandes contendientes destinaron toda su capacidad económica, militar y científica al servicio del esfuerzo bélico, borrando la distinción entre recursos civiles y militares”, añade el artículo.
“Marcada por hechos de enorme repercusión que incluyeron la muerte masiva de civiles -el Holocausto, los bombardeos intensivos sobre ciudades y el uso, por única vez, de armas nucleares en un conflicto militar- la Segunda Guerra Mundial fue la más mortífera de la historia con un resultado de entre 50 y 70 millones de víctimas”, finaliza.