Mediante las redes sociales, se suelen compartir toda clase de historias que sirven para ilustrar casos de éxito y superación personal; sin embargo, es muy probable que ninguna se parezca a la de Mauro Stendel, un joven de 26 años que parece haber vivido muchas vidas en una. Este argentino, que actualmente reside en Texas, Estados Unidos, pasó de dormir en un auto a convertirse en un próspero empresario. Recientemente, compartió las claves de su éxito y dejó un importante mensaje a los jóvenes que deciden seguir sus pasos.
Mauro Stendel nació en Caballito, un barrio de Buenos Aires en donde pasó la mayor parte de su adolescencia. A los 17 años, abandonó su país buscando nuevas oportunidades y llegó a Israel buscando cumplir su meta de entrar a una “Unidad Secreta del Ejército”.
El reto era grande. No solo estaba el hecho de que el ingreso no era sencillo, pues a la convocatoria se presentan miles de personas. Además, estaba la dificultad de que Mauro era un extranjero y no conocía el idioma.
Durante su estadía en el país del Medio Oriente, vivió en un kibutz, donde trabajó a cambio de vivienda y comida. Mientras tanto, se enfocó en aprender hebreo mientras se preparaba física y mentalmente.
“Las exigencias eran numerosas, además de realizar la rigurosa capacitación del Servicio, tenía que aprender vocabulario técnico en hebreo y dar dificultosos exámenes. Me preparé, mi vida durante meses constaba de estudiar por las noches, para luego levantarme a las 5 AM para entrenar y poder hacer frente a las durísimas pruebas de resistencia”, dijo.
Sus esfuerzos terminaron rindiendo frutos pues pasó las diferentes etapas hasta terminar dentro de los 25 soldados escogidos para realizar misiones especiales. Asimismo, fue seleccionado para ser parte de “Duvdevan”, la unidad de élite de las fuerzas especiales de las Fuerzas de Defensa Israelíes.
Stendel, considerado un héroe en tierras israelíes, cumplió más de 50 misiones y habla a la perfección español, hebreo, árabe e inglés. Poco tiempo después se graduó y el Estado de Israel llevó a su madre a ese país para que se pudieran reencontrar.
Su siguiente meta: Estados Unidos
Tras el agotamiento físico y mental, decidió ponerle fin a su vida como soldado de élite para viajar a Nueva York, Estados Unidos, pero había un problema: tenía apenas 500 dólares en el bolsillo. “Tenía grandes sueños y metas por cumplir”, exclamó.
En marzo de 2018, le prestaron una casa abandonada en Brooklyn y con 60 dólares se compró un colchón inflable. Además, separaba 20 dólares para comer por semana.
“Entrenaba y al amanecer iba al gimnasio para bañarme -que salía 10 dólares al mes- porque no tenía casa. A la noche dormía en un auto, sin que nadie lo supiera”, contó.
En una época complicada que se quedó sin dinero, trabajó como jefe de obra durante dos semanas durante un crudo invierno con 5 grados bajo cero. “Junté 1000 dólares y volví al auto a seguir intentando crear mi propio negocio”.
A pesar de su complicada situación económica, la cual no revelaba a nadie, era invitado a conferencias para contar su experiencia en la unidad especial del ejército de Israel. Aunque dormía en un auto, tenía claro que quería cumplir sus metas y que el ingenio, en ocasiones, sería bastante útil.
Por ejemplo, en una oportunidad utilizó una tarjeta prestada para comprar un traje muy caro, se sacó varias fotos para presentarse con un grupo de inversores y poco después devolvió el traje. “Me devolvieron el dinero de la tarjeta, pero me quedaron fotos impecables para mostrar en presentaciones a inversores”, dijo.
De dormir en un auto a ser un próspero empresario del e-commerce
Su primer emprendimiento fue en el rubro inmobiliario. Gracias al apoyo de un francés que también pasó por el ejército israelí, al que conoció durante las charlas que daba junto a millonarios, inició un negocio que consistía en comprar casas en mal estado para remodelarlas por completo y revenderlas. La primera propiedad la compraron en 137 900 dólares, gastaron 40 000 en refaccionarla y la vendieron en 230 000. Finalmente, la ganancia a dividir fue de más de 52 000 dólares.
Las ganancias, sin dudas, eran buenas; no obstante, era lenta. “Lo de los bienes raíces es bueno, pero tarda varios meses en rendir frutos. Con las tiendas online se consiguen ganancias en dos semanas”, dijo Mauro, para dar pie al que es ahora su más importante y fructífero negocio.
Fue así como abrió una tienda virtual en Amazon, donde compraba cosas y las revendía. Primero fueron juguetes, luego muebles, y con la explosión del e-commerce por la pandemia, comercializó productos necesarios para quienes tuvieron que quedarse casa como equipamiento para hacer ejercicio o máquinas para cortarse el pelo.
Su negocio fue creciendo y cada vez conseguía más inversores y sumaba más tiendas. “Llegué a administrar 124 tiendas online y tengo empleados en todo el mundo”, detalló.
Luego de dos años, Mauro se convirtió en millonario. Cuando no está en algunas de sus mansiones de Houston o Miami, está siempre con el celular en la mano, desde donde sigue trabajando.
Sus ganancias le han permitido invertir en otros rubros como la inmobiliaria, marcas propias, criptomonedas y otros negocios digitales.
Colecciona autos de lujo como Lamborghini y Ferrari, viaja por el mundo y comparte sus fotos en su perfil de Instagram, donde en poco tiempo ha conseguido superar los 70 mil seguidores.
Además, continúa con las charlas y capacitaciones gratuitas, aunque ahora estas consisten en ofrecer las claves de su éxito, guías y consejos sobre el mundo de las finanzas, los negocios y cómo emprender.
“Con esfuerzo y dedicación los sueños se cumplen, se puede”, exclama Mauro, quien pasa su tiempo libre escuchando cumbia villera y viendo box.