César Cusirramos

A pesar de las diferentes medidas para enfrentar la crisis ambiental, los plásticos continúan invadiendo el planeta. Su creciente producción amenaza con dañar cada rincón de la Tierra, sobre todo los ecosistemas acuáticos, destino final de muchos de ellos. Nzambi Matee, una ingeniera de materiales de Kenia (África) se percató de esta problemática y no quiso quedarse con los brazos cruzados.

¿Qué hizo? Nzambi fundó la empresa (2018), encargada de producir ladrillos, adoquines, baldosas y tapas de alcantarilla con los residuos plásticos que contaminan la ciudad de Nairobi. Además de abrir esta organización, la propia Matee diseñó las máquinas que elaboran los productos duraderos.

Para la fabricación de los ladrillos y otros materiales, la compañía se abastece de distintos clases de plásticos: polipropileno de baja densidad, de alta densidad y polietileno. “Hay desechos que ya no pueden procesar; no pueden reciclar. Eso es lo que obtenemos”, explicó Nzambi, cuya historia inspiradora ya se convirtió en las .

Una idea creativa

Según comentó la talentosa mujer, los desechos se mezclan con arena y luego se comprimen. Tras este proceso, obtienen la forma deseada con la ayuda de moldes. Los materiales están disponibles en varios colores y son más resistentes que los bloques comunes.

Mira la exitoso negocio de Nzambi

En diciembre de 2020, la propuesta Nzambi Matee recibió el premio Jóvenes Campeones de la Tierra de la Organización de Naciones Unidas (ONU) por “por desarrollar materiales de construcción alternativos, sostenibles y asequibles, así como por promover la cultura del reciclaje en Kenia y África”.

Actualmente, Gjenge Makers creó más de 100 puestos de trabajo y fabrica 1500 ladrillos por día. Desde su ingreso al mercado, lleva reciclando 20 toneladas de desechos plásticos. En un futuro cercano, Matee planea expandir su negocio para triplicar la producción.


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