La historia de Carlos Yulo, un joven gimnasta filipino de solo 24 años, es un verdadero testimonio del poder de la perseverancia, el esfuerzo y la dedicación. Yulo hizo historia para su país en los Juegos Olímpicos de París 2024 y logró lo que muchos atletas solo pueden soñar: ganar dos medallas de oro en un solo evento olímpico. Esta hazaña no solo lo colocó en el podio, sino que también lo atrajo a una serie de regalos únicos que son tan sorprendentes como su hazaña en la gimnasia.
Una hazaña histórica en París 2024
El pasado sábado, Yulo se consagró como campeón en la final de piso masculino, obteniendo una puntuación de 15.000 puntos, superando al israelí Artem Dolgopyat por un margen de apenas 0.034 puntos. Este triunfo no solo marcó un hito para Yulo, sino también para Filipinas, convirtiéndose en el primer hombre filipino en subirse al podio en una competencia olímpica de gimnasia.
Pero la racha de victorias de Yulo no terminó ahí. Apenas 24 horas después, el gimnasta volvió a impresionar al público en la final de salto masculino, donde fue el único atleta en superar la marca de los 15 puntos. Con estas dos medallas de oro, Yulo triplicó el número de medallas que Filipinas había ganado en los últimos 100 años de participación en los Juegos Olímpicos, pasando de una sola medalla a tres.
Los singulares regalos que acompañan la gloria
El logro de Yulo no pasó desapercibido en su país natal, donde fue recibido con una lluvia de regalos que van más allá de los premios tradicionales. En primer lugar, Yulo fue obsequiado con un lujoso apartamento en un exclusivo condominio, cuyo valor se estima en 414,000 dólares. Inicialmente, el apartamento contaba con dos habitaciones, pero tras su segunda medalla de oro, el premio fue actualizado a un apartamento de tres habitaciones, un gesto que refleja el orgullo y la admiración que el país siente por su joven héroe.
Además de su nuevo hogar, Yulo recibió una suma considerable de dinero en efectivo, superando los diez millones de pesos filipinos (unos 17,000 dólares), una cifra que provino tanto del gobierno local como de empresas privadas. Esta suma representa un reconocimiento al arduo trabajo de Yulo y su capacidad para poner a Filipinas en el mapa olímpico.
Pero la lista de regalos no termina ahí. Yulo también fue agraciado con un bono de compras en una tienda departamental por un valor aproximado de 20,000 dólares, lo que le permitirá disfrutar de una experiencia de compra sin igual. Además, recibió acceso ilimitado a una popular cadena de buffets en su país, lo que seguramente será una delicia para un joven atleta que debe mantener una dieta equilibrada pero también sabe disfrutar de un buen banquete.
Uno de los regalos más peculiares que Yulo recibió fue un suministro ilimitado de ramen, un alimento que, aunque sencillo, es sumamente popular en muchos países asiáticos, incluido Filipinas. Pero lo que realmente sorprendió a muchos fue el último incentivo en la lista: consultas ilimitadas de colonoscopia y gastroenterología de por vida. Aunque pueda parecer un regalo inusual, este gesto es un recordatorio de la importancia de la salud y el bienestar a largo plazo, especialmente para un atleta de alto rendimiento como Yulo.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.