El fallecimiento de Pedro Troncoso por COVID-19, ocurrido el pasado 21 de octubre, generó gran preocupación, especialmente entre los residentes de Yahuincolo, un pueblo de la provincia argentina de Neuquén, en el que solo viven tres familias. Todos los detalles.
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El paraje está ubicado a 70 kilómetros de la ciudad de Las Coloradas y la única forma de llegar es gracias a la guía de algún lugareño. El sitio ni siquiera aparece en Google Maps.
Troncoso era el más longevo de la zona que, según informa Infobae, se caracteriza por sus casas confeccionadas con adobe. No hay señal de celular y tampoco de Internet. El centro de salud más cercano está ubicado a varias horas caminando.
A pesar de su avanzada edad, trabajó hasta el último día en que fue internado de urgencia. El pasado 7 de octubre, el anciano fue hospitalizado tras presentar problemas respiratorios. Su hijo Esteban se comunicó con el hospital Las coloradas y fue atendido por Diego Riquelme, un doctor que recordó, en conversación con el citado medio, que “para concretar esa comunicación tuvo que caminar hasta una lomita para captar la señal y poder hablar”.
Fue así como el especialista, junto con una enfermera, llegaron al sitio con ayuda de un chofer que conocía el lugar. “Al examinarlo, noté que tenía sus pulmones comprometidos y que estaba oxigenando bajo. Me imaginaba una gripe común, pero no que podía tener coronavirus”, aseguró. Grande fue su sorpresa al realizar una prueba rápida, que dio positivo para coronavirus.
Inmediatamente, el médico se hizo la pregunta: “¿Cómo va a llegar el virus hasta este lugar tan inhóspito donde las familias casi no tienen contacto con gente de afuera?”, una interrogante que, hasta hoy, no tiene respuesta. “Quedé asombrado porque se trata de un virus que se gestó del otro lado del mundo y terminó acá, en el medio de la nada. El recorrido fue inmenso. Era ver el resultado del test y no poder creerlo”, agregó.
Don Pedro fue trasladado hasta el Hospital Ramón Carrillo, de San Martín de Los Andes. Su familia se quedó en su hogar a la espera de noticias. Lamentablemente, el panorama no era alentador pues el anciano sufría de hipertensión, diabetes y enfermedad pulmonar obstructiva.
“Me partía el alma porque nadie lo podía acompañar. Ellos, incluso, tuvieron que aislarse también por prevención, en ese lugar donde ya de por sí viven aislados”, recordó el médico.
Lamentablemente, el hombre falleció el pasado 21 de octubre, tres semanas después de haber sido internado. “Él siempre estuvo vigil y despierto. Contaba que extrañaba a sus animales y preguntaba cuándo iba a volver para darles la comida. Y se dejó la boina puesta hasta el último día. Fue un paciente muy querido”, recordó Riquelme.