La migraña es un tipo de dolor de cabeza que padecen millones de personas. Mel Kelly, oriunda de Inglaterra, pensó que sus síntomas estaban relacionados con esa afección y se fue de vacaciones para distenderse. Sin embargo, a su regreso descubrió que tenía un tumor cerebral.
En diciembre del año pasado, Mel Kelly, una entrenadora deportiva de 22 años, tenía previsto viajar a Lanzarote, España. Sin embargo, antes de partir a su destino se había estado realizando estudios con su médico de cabecera, en New Ferry, porque aquejaba dolores de cabeza desde septiembre.
Las pruebas no evidenciaron peligro, pero con el transcurrir de los días, los síntomas de Mel se agravaron: empezó a sentir “pulsaciones” y “presiones” en la cabeza. “No sabía qué hacer porque nadie me escuchaba, los médicos no me escuchaban. Simplemente seguían haciéndolo pasar por cosas diferentes”, dijo a liverpoolecho.
Los médicos le habían recetado a la joven medicamentos para la migraña, pero en ese momento su visión también se estaba viendo perjudicada. Atribuyó los síntomas al “agotamiento” y viajó para distraerse durante cinco días.
Tenía un tumor cerebral
Sin embargo, en ese transcurso de sus vacaciones, su médico de cabecera se contactó con la mujer para hacerle saber que debía hacerse una tomografía computarizada. Mel regresó a su país y, tras acudir al Arrowe Park Hospital, se quedó internada.
La joven inglesa fue diagnosticada con un tumor cerebral a partir de la segunda quincena y, dos días antes de Navidad, los médicos la intervinieron quirúrgicamente.
Los profesionales lograron extirpar el 95% del tumor, según Mirror, pero en la actualidad sigue estando bajo observación. “Hay una probabilidad de cero a 14% de que regrese (el tumor), lo que obviamente es petrificante”, admitió.
La joven busca crear conciencia en la población sobre esta enfermedad e instó a los ciudadanos a acudir al médico si creen que algo anda mal en su organismo.