Así como los humanos, hay perros que sufren de ansiedad y necesitan de cariño permanente. Ese es el caso de ‘César’, un can de diez años que encontró una familia nada menos que en una prisión de Australia, gracias a los reclusos.
Desde hace unas semanas, el Complejo de Seguridad de Rison, ubicado en Tansania, Australia, ha tenido a un nuevo visitante y muy pronto se ha convertido en el amigo de decenas de presos. Se trata de ‘César’, un perro que nació hace diez años del cruce staffy-labrador y que sufre de ansiedad.
En el mundo hay miles de perros abandonados que, por medio de instituciones, buscan un hogar con personas de buen corazón. Bajo esa premisa, el Servicio Penitenciario de Tasmania, en coordinación con el Hogar de Perros de Tasmania, implementaron hace diez años el programa “Cachorros en libertad condicional”.
Reclusos adoptaron a César
¿De qué trata este programa? Según explica ABC News, los cachorros y perros son llevados a las cárceles de Tansania para que puedan socializar con los reclusos y en un futuro se encuentren listos para que sean adoptados.
‘César’ fue uno de los perros que visitó la prisión de Ron Barwick, como parte de este programa, pero la mascota empezó a sufrir ataques de ansiedad por la separación. Según Wayne Schulze, un agente encargado de la custodia de los pabellones, el animal no podía estar solo más de media hora.
“Inicialmente (’César’) acudió a Ron Barwick para recibir capacitación adicional para poder ir con una familia, pero se preocupaba tanto cuando salía de la prisión que el pronóstico no era bueno”, dijo a ABC News.
Ante esta situación, un grupo de reclusos, encabezados por su adiestrador, se propuso adoptar al can. Los hombres lograron recaudar 9 mil 500 dólares para cubrir los costos de comida, salud, entre otras cosas.
Según Rick, César tiene casi 100 amigos y todos ellos le dan toda la atención que necesita el perro. “César está apegado aquí (en la prisión) y ese perro es lo más parecido a una familia que tenemos. Nunca está solo”, dijo uno de los reclusos al medio citado. “Nos devuelve nuestra dignidad, estamos haciendo algo por los animales y no solo por nosotros mismos”, refirió otro.
Debido al éxito del programa, cientos de perros han sido adoptados por civiles. No obstante, a inicios de este año, Zeus, un cachorro de 8 meses, fue adoptado por otro grupo de reclusos en el centro penitenciario de Tansania.