Una mujer australiana se sometió a una histerectomía con la esperanza de acabar con una infección del tracto urinario, pero despertó de la cirugía y se dio cuenta de algo preocupante: sus síntomas persistían. Sally Murali sufre desde hace varios años infecciones urinarias crónicas, una condición que no está reconocida oficialmente en su país. En conversación con el programa The Project, la madre reveló que sus dolores eran incesantes, al punto de no poder realizar sus labores diarias.
“Se apoderó completamente de mi vida, me resultaba difícil incluso funcionar”, señaló. A pesar de su gran incomodidad, los médicos no tomaban en serio su situación.
“Lidias con síntomas debilitantes y con un sistema que no te da respuestas, descarta tus síntomas y te dice que tienes ansiedad o que estás histérica”, agregó.
Un urólogo trató a la mujer por una vejiga hiperactiva, sometiéndola a dos rondas de inyecciones de bótox en la vejiga. Lamentablemente, ninguno de los tratamientos funcionó.
Incluso le colocaron un estimulador eléctrico en el tobillo que no tuvo éxito. Finalmente, su médico le diagnosticó endometriosis y le programó una histerectomía.
Tras la cirugía, Murali despertó con el mismo dolor persistente. “Sentí que me había quedado sin opciones médicas. Contemplaba cómo sería el resto de mi vida y si podría seguir viviendo así”, confesó.
Sin embargo, no se dio por vencida y encontró un grupo de apoyo en línea con mujeres que tenían síntomas similares. Le recomendaron contactar al médico británico James Malone-Lee, conocido por su enfoque en el tratamiento de infecciones urinarias crónicas.
Viajó al Reino Unido buscando una cura
Murali viajó al Reino Unido y recibió altas dosis de antibióticos a largo plazo. Siguiendo los consejos de Malone-Lee, su médico de cabecera continuó el tratamiento y sus síntomas mejoraron drásticamente.
El medio news.com.au informa que Laura Cunningham, otra mujer, también sufrió infecciones urinarias crónicas durante ocho años, teniendo que ir al baño cada 45 minutos.
“Era horrible, me despertaba continuamente durante la noche. Siempre pensaba en mi vejiga”, relató. Aunque fue tratada con antibióticos, estos dejaron de ser efectivos, y los médicos llegaron a enojarse con ella por “perder el tiempo”.
Cunningham también recibió ayuda del Dr. Malone-Lee, experimentando una notable mejora en sus síntomas.
Las infecciones urinarias son comunes y afectan a una de cada tres mujeres en algún momento de su vida. Si bien generalmente se tratan con antibióticos, las infecciones recurrentes pueden ser difíciles de erradicar y causar problemas a largo plazo si no se tratan completamente.
La profesora asociada, Magdalena Simonis, destacó la importancia de reconocer las infecciones recurrentes del tracto urinario.
“Si tienes dos infecciones del tracto urinario en seis meses o tres en un año, eso se clasifica como infección recurrente y realmente necesitas pensar en lo que está sucediendo”, señaló.
Infección urinaria en adultos: los síntomas más comunes
Según el portal MedlinePlus, estos son los síntomas más usuales entre las personas que sufren infección urinaria.
- Orina turbia o con sangre que puede tener un olor fuerte o fétido (maloliente)
- Fiebre baja en algunas personas.
- Dolor o ardor al orinar.
- Presión o calambres en la parte inferior del abdomen o en la espalda baja.
- Fuerte necesidad de orinar con frecuencia, incluso poco después de haber vaciado la vejiga.