Cuando Samantha Stanley se enteró del mortal diagnóstico que le dieron a Dolly, su mascota, no perdió tiempo y se puso manos a la obra para que su amigo de cuatro patas tenga calidad de vida y goce de sus últimos días de la mejor manera antes que el cáncer decida que es momento de partir.
Esta conmovedora historia comienza en abril de 2022 cuando la gerente de oficina de 30 años llevó a su perrita al veterinario, pero este le dijo que tenía un cáncer, un bulto en las glándulas mamarias en etapa cuatro, por lo tanto incurable, sobre todo porque se extendió al sistema linfático.
La noticia la sumió en un profundo dolor, pero pronto tomó la decisión de que debían aprovechar al máximo el tiempo que les quedaba, por lo que creo una lista de deseos la cual estaba formada por todas las cosas que siempre quiso hacer al lado de Dolly, lo que incluía un paseo en canoa por el distrito Los Lagos o un viaje en carretera por las tierras altas de Escocia.
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La quimioterapia no hará efecto
“Nos dijeron que la quimioterapia en realidad no haría otra cosa que retrasar la propagación del cáncer. Era impredecible si eso iba a suceder, así que decidimos dejarla vivir su mejor vida”, dijo Samantha a The Mirror.
Por eso, ella y su novio Danny Wragg fueron informados por los veterinarios que la esperanza de vida promedio de la perrita era de unos 8 meses: “de la lista de deseos, hicimos la mayoría de las cosas importantes pensando que no la tendríamos para la Navidad de 2022... son solo cosas pequeñas cosas que tenemos que hacer ahora, porque ella lo está haciendo mejor de lo que pensábamos”.
Pese a que tuvo episodios de intenso dolor, eso no evitó que Dolly fuera feliz, no perdieron los rasgos que la han marcado desde cachorra, pero la enfermedad avanza, lenta pero imparable: “se está ralentizando un poco, creo que tiene momentos de cansancio, pero sale con un paseador de perros un lunes y parece que hace volteretas hacia atrás”.
Ayudando a otros perros en apuros
Contrario a otros dueños de perros, Dolly contaba con un seguro para mascotas el cual ayudó a solventar su tratamiento, pese a que consumió toda su póliza anual. Pero, también decidió inscribirse en la maratón de Londres a la par de crear una página web llamada JustGiving para recaudar 2 mil libras y donarlas al Dispensario Popular para Animales Enfermos (PDSA).
“Las facturas del veterinario de Dolly fueron terribles, pero afortunadamente pudimos pagar el resto de las boletas y teníamos un seguro para mascotas para cubrir la mayor parte, pero no mucha gente lo hace. Fue bastante molesto pensar, ‘oh, Dios, qué habríamos hecho si no tuviéramos eso’”, dijo Stanley.
Es por eso que Sam decidió correr en la maratón y donar el dinero: “estamos recaudando dinero para la PDSA solo porque nadie debería estar en esa posición de preocuparse si puede pagar las facturas del vecindario”, sentenció.
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