Un argentino vive un calvario ya que no puede darle su apellido a sus hijos ni atenderse en un hospital público porque para las autoridades de su país no existe. | Crédito: Pixabay / Referencial
Un argentino vive un calvario ya que no puede darle su apellido a sus hijos ni atenderse en un hospital público porque para las autoridades de su país no existe. | Crédito: Pixabay / Referencial
Ronie Bautista

Pablo Alejandro Ramos (36) no puede darle su apellido a sus hijos ni atenderse en un hospital público de porque, para las autoridades de dicho país, él no existe, literalmente hablando por más que se presente directamente a los establecimientos. Esta es el del calvario de un hombre de , un pueblo ubicado a 35 kilómetros de la , quien lucha desde hace más de una década por el derecho a tener un nombre en el país que lo vio nacer, ni siquiera en el extranjero.

Y es que para el Registro Civil argentino, el hijo de Juan Carlos Ramos y Carmen Rosa Colque figura como “Paola” en vez de “Pablo” en su partida de nacimiento y es de sexo “femenino” en vez de “masculino”. Esta confusión no supuso mayor problema durante su infancia, pero cuando Pablo creció se dio cuenta que esa letra equivocada en su nombre iba a complicarle la vida, reportó .

Si bien la mayoría de veces un breve trámite administrativo que a lo mucho puede tardar 24 horas es más que suficiente para salir del apuro de no tener un Documento Nacional de Identidad (); para Pablo no es tan fácil ya que suele recorrer periódicamente diversas dependencias oficiales con enormes carpetas llenas de papeles para obtener un nombre como el resto de sus compatriotas.

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Desde hace 10 años Pablo hace este mismo recorrido que no solo supone un gran trabajo y molestia tanto para él como para su familia, sino un tremendo impacto a su economía ya que cada vez se le hace más difícil costear los pasajes de transporte público, sobre todo después de quedarse sin empleo. Pese a que su caso no parece tener una pronta solución, una reciente situación lo hizo estremecerse.

Según reportó el mencionado medio argentino, Pablo no pudo donar sangre para su esposa cuando ella entró en coma después de dar a luz a su tercer hijo por no tener documentos y, entre los inauditos requerimientos que ordenan las autoridades del Estado para darle el nombre que por derecho le corresponde, se destaca el “examen ginecológico” al que se tuvo que someterse.

Cuando su caso se hizo mediático, uno de los abogados del Registro Civil de Salta que lleva el expdiente de Pablo determinó que dos personas deben atestiguar que él es un hombre. ¿Cuál será el final de la historia de este hombre que para las autoridades de su país, ni siquiera existe por una equivocación cometida por unos burócratas hace 36 años? Solo el tiempo lo dirá.

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