Una adicta a las drogas en recuperación a la que una vez un juez dijo que nunca se rehabilitaría y que estaba destinada a ser una delincuente reincidente ha cambiado su vida, convirtiéndose en abogada defensora penal en el estado de Minnesota, en Estados Unidos. Esta es su historia viral.
Sarah Gad era estudiante de Medicina cuando resultó gravemente herida en un accidente de tránsito en el año 2012, según un perfil reciente que hizo el medio local KMSP-TV sobre la abogada, quien recientemente ayudó a absolver a su representado, Ben Richardson, de un cargo de asesinato.
Los médicos que la trataron le recetaron opioides a Gad para el dolor, de los que empezó a abusar. En el transcurso de los siguientes tres años, Gad estuvo dentro y fuera de la cárcel, luego de siete condenas por delitos de drogas. Durante su último período de 27 días tras las rejas, Gad fue apuñalada, golpeada y agredida sexualmente, y se dio cuenta de que su vida necesitaba dar un giro radical.
“Estaba en la escuela de Medicina, ya sabes, una de las 15 mejores instituciones, y de repente, soy un delincuente convicto con un problema de drogas”, dijo Gad a KMSP-TV.
DE LA CÁRCEL A EJERCER EL DERECHO
Luego conoció a Kathleen Zellner, la abogada que se hizo famosa por su trabajo en el caso de Steven Avery, que se destacó en la popular serie de Netflix “Making a Murderer”. Zellner se interesó en ayudarla por los maltratos recibidos durante su paso por la cárcel. Mientras Gad luchaba por superar su adicción, Zellner le ofreció un trabajo en su bufete de abogados. Nada fue igual después de eso.
“Encontré el trabajo muy gratificante”, dijo Gad. Aplicó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago y fue aceptada. Al enfrentar más tiempo en la cárcel por sus reincidentes delitos, Gad ni siquiera estaba segura de poder asistir a todas las clases de Derecho. Pero un juez, que había dicho en la corte que ella era una adicta reincidente que no podría rehabilitarse, se apiadó de Gad.
“Empecé la facultad de Derecho con un monitor de tobillo”, cuenta entre risas. Gad se graduó en 2020 y tiene su licencia de abogada desde hace un año. Ella comenzó su propia firma de abogados Gad & Gad Law Offices y ha manejado más de 21 casos en el último año, y todos terminaron en absoluciones.
Recientemente, Gad se topó con el mismo juez que pensó que ella era una causa perdida. “Fue una locura encontrarme con el juez que presidió mis condenas por drogas”, confiesa Gad. “Y él estaba como, ‘¿Qué estás haciendo aquí?’ Yo estaba como, ‘Oh, sí, solo, ya sabes, estoy aquí trabajando ahora’”.
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