La historia de la familia Ozuna, cuatro décadas dedicadas a las velas
La historia de la familia Ozuna, cuatro décadas dedicadas a las velas
Agencia EFE

La familia Ozuna, quienes viven en el suroriental estado mexicano de Chiapas, han dedicado más de 40 años a la fabricación de velas artesanales, en un negocio que pasa de generación en generación. En estos días, la familia aumenta sus ventas por las festividades del Día de Muertos, una celebración nacional en México.

La familia Ozuna pasa sus conocimientos de generación en generación para realizar velas artesanales en el municipio de Teopisca, en donde llevan 40 años fabricando este instrumento usado en las festividades de la comunidad.

El taller está ubicado en la calle principal del centro del poblado chiapaneco de Nuevo León, a 30 minutos del municipio de Teopisca.

“Es un taller de velería y es una herencia de familia pues lo empezó a trabajar una de mis abuelitas. Después lo trabajó mi mamá y heredamos nosotros el trabajo. Y gracias a Dios estamos cumpliendo con la herencia”, explica este jueves a Efe Benigno Fonseca Ozuna.

El hombre dijo que fue su abuela materna quien comenzó el negocio familiar y desde un principio se realizaban velas de varios colores y tamaños. Luego fue su madre, y hoy Benigno junto con su hermano, quienes continúan fabricando velas.

MAYOR DEMANDA

Ante la cercanía de las celebraciones para el Día de Muertos, los artesanos se ven obligados a trabajar a marchas forzadas debido a la demanda por las velas artesanales a precios económicos.

Ello a pesar de que la parafina subió su precio y la cera de abeja es muy difícil de conseguir.

Julieta Moreno Cruz, esposa de Benigno, también colabora en la elaboración de las velas.

Su conocimiento le fue transferido por su suegra y desde hace 10 años ha dedicado su tiempo a mejorar la técnica, pues es todo un arte elaborar cada vela.

En el taller de la familia se puede ver decenas de velas colgadas alrededor de la habitación.

Ahí también se encuentra el hijo de Benigno, que todavía es joven, pero podría extender el negocio al menos una generación más.

UN POCO DE HISTORIA

Desde épocas prehispánicas, las velas se emplean para cumplir rituales y se consideran conductores de energías para que se logren los deseos.

En este ritual se incluye también la sanación del cuerpo de una persona enferma. Y también se prenden la velas en recuerdo de quienes dejaron ya esta vida.

Socorro Villanueva Martínez, vendedora de velas en uno de los mercados, expresó que para los pueblos las velas tienen mucha importancia a nivel religioso.

“Ellos tienen la cultura maya enfocada en la sanación espiritual. Las ofrendas son para pedir abundancia y para agradecimiento. Y en estas fechas se celebra el agradecimiento de los que ya pasaron a una mejor vida”, dijo a Efe.

TRABAJO RECONOCIDO

El taller produce alrededor de 1.000 a 3.000 velas diarias.

Julieta aseguró que mantenerse en el oficio no ha sido fácil, pues desde que iniciaron sus trabajos los precios de la materia prima, como la cera de abeja, se han disparado, llegando a costar hasta tres veces más.

Por otro lado, comentó que aunque en el taller laboran 4 personas, todos integrantes de la familia, en las temporadas altas se apoyan con más mano de obra.

“Fue difícil porque se necesitan muchas cosas, se necesita dinero, se necesita tiempo, paciencia, también cuenta el cansancio”, expresó la mujer, que indicó que desde octubre hasta febrero es la época de mayor trabajo, y subrayó la importancia del consumo de productos locales. EFE