El 25 de agosto, un deslizamiento de tierra devastador golpeó la tranquila ciudad de Ketchikan en el sureste de Alaska, arrasando casas y negocios. La casa de James y William (Bill) Montiver, de tres pisos, colapsó debido al deslizamiento, cayendo 47 pies sobre la casa de sus vecinos. La vida de la pareja fue completamente alterada por este trágico evento, que también causó la muerte de una persona y dejó a tres personas más hospitalizadas.
Un desastre inesperado y la desesperación de los Montiver
La devastación fue inmediata y brutal. James logró escapar por sí mismo, mientras que Bill fue rescatado por los primeros respondedores. Sin embargo, el destino de sus dos perros, Alani y Cassie, permaneció incierto. A pesar de los esfuerzos continuos de búsqueda durante la semana siguiente, los caninos no aparecían. La pareja se resignó a la dolorosa idea de que sus fieles compañeros no habían sobrevivido, diciendo incluso un “adiós privado” a sus mascotas.
Pero la historia dio un giro sorprendente el domingo por la mañana. El geólogo Travis Watkins, mientras revisaba los escombros, escuchó unos débiles ladridos provenientes de la casa caída. Este sonido llevó a una nueva operación de búsqueda y rescate. Las cuadrillas de bomberos, tras evaluar la estabilidad de la propiedad y planear la entrada, lograron acceder a los escombros de manera segura.
La valentía y perseverancia de la bombera y EMT Crystal Schleiff fueron cruciales. Según un comunicado de prensa, Schleiff se deslizó a través de un espacio reducido y un vacío de aproximadamente un metro y medio, donde vio los ojos parpadeantes de los perros. La emoción de descubrir a Alani y Cassie fue tan intensa que, en un momento de alegría, exclamó con voz aguda: “¡Encontré al perro, veo ojos y están parpadeando!”
El reencuentro y la recuperación
El regreso de los perros a sus dueños fue recibido con inmensa alegría y alivio. Los Montivers, que han estado juntos durante 43 años, expresaron su gratitud por la ayuda recibida. James Montiver comentó: “Estamos alegres y bendecidos de que Cassie y Alani hayan vuelto con nosotros, y nuestra familia está de nuevo unida. Estamos muy agradecidos a los primeros respondedores y a todos los que nos ayudaron esta semana”.
A pesar del dolor físico que James sufrió—se dislocó el hombro y se rompió cuatro costillas cuando el deslizamiento lo lanzó contra el techo y luego al sofá—la pareja se sintió protegida por su lavavajillas Bosch, que Bill utilizó como refugio durante el colapso. “Le debemos un gran agradecimiento a Bosch”, dijo James, destacando el inesperado papel del electrodoméstico en su salvación.
Impacto y recuperación en Ketchikan
El deslizamiento de tierra no solo afectó a los Montivers, sino que también dañó gravemente las carreteras, provocó cortes de energía y llevó a evacuaciones obligatorias. El alcalde de Ketchikan, Dave Kiffer, expresó su conmoción por el evento, diciendo: “En mis 65 años en Ketchikan, nunca he visto un deslizamiento de esta magnitud”.
El gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, emitió una declaración de emergencia esa noche, y sus pensamientos y oraciones estuvieron con los residentes de Ketchikan mientras la ciudad enfrentaba las secuelas del desastre.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.