Jill Robbins, experta en turismo y viajera con experiencia, ha explorado múltiples salas VIP en aeropuertos alrededor del mundo. Debido a su asistencia a Priority Pass y a su tarjeta de crédito asociada a Delta, que le proporciona acceso a los exclusivos Delta Sky Clubs, Robbins cuenta con una extensa experiencia en optimizar al máximo los beneficios de estas zonas de espera. No obstante, su saber trasciende lo meramente superficial; con el paso del tiempo, ha reconocido conductas que es preferible eludir en estos lugares. A continuación, se describen las cinco acciones que Robbins nunca realiza en una sala VIP con el fin de mantener la sensación de comodidad y respeto hacia los demás clientes.
1. No ocupa el primer asiento disponible sin observar el entorno
A pesar de que las salas VIP ofrecen una variedad de opciones de asiento, desde áreas cómodas tipo sala de estar hasta estaciones de trabajo con enchufes, Robbins nunca se sienta en el primer asiento que ve libre. Prefiere dar un recorrido rápido por el lugar, explorando todas las opciones antes de tomar una decisión.
Para ella, el asiento ideal es aquel que está ubicado lejos del buffett, el bar y los baños, para reducir el ruido y disfrutar de una atmósfera más tranquila. Además, suele elegir un lugar que cuente con puertos USB para cargar sus dispositivos. Este enfoque le permite maximizar la comodidad y evitar las zonas de mayor tráfico dentro del salón.
2. No consume comida en exceso
La oferta de alimentos en una sala VIP puede ir desde bocadillos simples hasta menús de calidad supervisados por chefs. Aun así, López evita caer en la tentación de llenarse el plato solo porque la comida es gratuita. Considera que un consumo moderado le permite disfrutar de su tiempo en el salón sin sentirse incómoda o hinchada antes de un vuelo.
Con una actitud de moderación, también limita su consumo de alcohol, especialmente antes de vuelos largos, ya que prefiere evitar la deshidratación y mantener el control de su entorno y pertenencias. Para ella, el acceso a comida y bebida gratuita es una ventaja que debe usarse con equilibrio.
3. No muestra actitudes irrespetuosas hacia los otros usuarios
Uno de los principios fundamentales que sigue López es ser siempre respetuosa con los demás. Aunque el ambiente de una sala VIP es cómodo y puede asemejarse al de una sala de estar privada, ella sabe que no es el lugar para comportarse de forma desinhibida o invasiva. Por ejemplo, nunca toma más de un asiento ni coloca su equipaje en otro lugar donde alguien podría sentarse.
Para evitar incomodar a otros usuarios, siempre utiliza auriculares cuando escucha música o ve videos en su dispositivo. Además, evita comportamientos inadecuados, como descalzarse, apoyar los pies en los muebles o realizar actividades de cuidado personal, como cortarse las uñas, fuera del baño. Para López, mantener la etiqueta y el respeto en estos espacios públicos es clave para una experiencia positiva para todos los usuarios.
4. No se duerme en la sala VIP
Aunque muchas salas VIP cuentan con sillas reclinables y áreas de descanso ideales, Robbins evita dormir en ellas. Considera que el riesgo de quedarse dormida y perder su vuelo es demasiado alto y prefiere estar alerta. Cuando se siente cansada, simplemente elige un asiento cómodo para relajar sus piernas y disfrutar del ambiente sin llegar a quedarse dormida.
Además, es consciente de que muchas salas VIP tienen límites de tiempo para los usuarios, por lo que considera que una pausa breve para descansar es suficiente sin comprometer su seguridad y sin ocupar espacios de forma excesiva.
5. No cambia de terminal solo para acceder a una sala VIP
Finalmente, aunque Robbins aprecia los beneficios de tener acceso a las salas VIP, jamás abandona su terminal solo para buscar una sala en otra área del aeropuerto, a menos que tenga una escala muy larga. Prefiere no arriesgar su vuelo solo por la comodidad de una sala VIP, y en caso de tener que cambiar de terminal, únicamente lo hace si ya conoce bien el aeropuerto.
Para ella, la puntualidad y la seguridad son prioritarias, y, si bien considera que las salas VIP son espacios muy valiosos para los viajeros frecuentes, no duda en elegir el bienestar de su viaje por encima de cualquier beneficio adicional que pudiera encontrar fuera de su terminal.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.