Lauren Arafat es una joven británica que había empezado a trabajar en The Potting Shed Spa, ubicado en la ciudad de Betley. Solo dos días después de iniciar sus labores, sus jefes la despidieron por tener un comportamiento “errático”. A ella no le cayó nada bien la decisión, por lo que llevó a cabo una “venganza sofisticada”. El caso terminó en juicio.
Según el medio Examiner Live, la joven, de 30 años, había estado trabajando como recepcionista en el establecimiento tras ser entrevistada por Sam Pearce, dueña del local, en mayo de 2019.
En su primer día, Pearce le enseñó a Lauren a utilizar un programa de computadora para agendar todas las citas de los clientes, entre otras cosas.
Desafortunadamente, la relación entre ambas no se dio de la manera esperada. Desde el spa, se mostraron disgustados por una supuesta serie de conductas inapropiadas que la joven tuvo durante sus labores.
“En su segundo día de trabajo, se comportó de forma errática y hubo una serie de problemas que dieron lugar a que la propietaria iniciara una reunión de personal y luego resolviera echarla”, señaló la fiscalía, según consigna el medio citado.
Entonces, a Lauren no le quedó de otra que tomar sus cosas y retirarse del lugar, solo algunas horas después de empezar a trabajar.
Tras ello, decidió iniciar sesión al sistema interno del spa desde su teléfono, haciéndose pasar por otro empleado con su nombre cambiado, y eliminó 211 turnos programados de clientes que iban a llegar al local.
“La dueña tuvo que llamar por teléfono a los clientes para volver a agendar sus citas y también averiguar si se habían borrado otras”, expresó la fiscalía. Asimismo, se dio a conocer que Pearce debió cerrar la puerta de su negocio por dos días.
La dueña de The Potting Shed Spa también dijo que, a partir de entonces, su negocio sufrió un gran daño financiero.
“Lo intentamos todo con un coste financiero personal para mantenernos a flote, pero se trazó una tormenta perfecta que forzó la bancarrota de mi negocio. En última instancia, destruyó por completo la reputación, los planes de futuro y otras posibilidades”, explicó la mujer.
Una “venganza sofisticada”
El caso fue llevado a los tribunales, donde los miembros de la corte consideraron que Lauren cometió una “venganza sofisticada” que duró 30 minutos.
Tras ello, Arafat se declaró culpable del delito en virtud del artículo 3 de la Ley “Computer Misuse Act”, por uso indebido de ordenadores, actos no autorizados con la intención de perjudicar o con imprudencia para perjudicar el funcionamiento de un ordenador.
“Usted eligió ocultar su identidad y poner la sospecha sobre otra persona. Usted estaba claramente motivada por la venganza. Tengo la sensación, basándome en el informe previo a la sentencia, de que usted es una persona relativamente arrogante que se da demasiada importancia a sí misma y a su autoestima”, le dijo el juez Simon Batiste a la exrecepcionista.
En consecuencia, la joven fue sentenciada a 250 horas de trabajo comunitario sin remuneración y 15 días de “actividades de rehabilitación”. En caso de no acatar la orden, Lauren será llevada a juicio nuevamente y podría ser condenada a prisión.
¿Cómo saber si debo renunciar a mi trabajo?
Existen varios motivos por los que puedes pensar en dejar tu trabajo, pero antes de hacerlo analiza bien tu situación y pregúntate si te es posible cambiar las circunstancias, señala el medio Adecco.com.mx.
Los siguientes 5 indicadores son señales claras de debes considerar algún cambio en tu vida laboral.
Falta de pasión: Probablemente cuando iniciaste a trabajar en un lugar sentías emoción e incluso pasión por lo que hacías y, aunque esa no fuera la situación, tomar ese trabajo en particular parecía una buena idea, ya fuera por el sueldo, la ubicación o una oportunidad para avanzar. Sin embargo, puede llegar el momento en que los días sean aburridos e incluso te sientas desanimado por lo que haces.
Falta de reconocimiento: La capacidad individual y el desempeño laboral se pueden ver deteriorados al encontrar una sobrecarga de tareas, una mala gestión de las mismas o insatisfacción de llevar a cabo una misma actividad, la cual se acrecienta ante la falta de reconocimiento.
Si piensas que estás sobre calificado para el trabajo, ves que no se abren nuevas puertas o promueven a personas menos calificadas, te recomendamos consultar si existe la posibilidad de crecimiento dentro de la misma empresa. Si la respuesta es negativa, entonces es momento de buscar otras oportunidades.
El trabajo aumenta, pero no las recompensas: Un salario que no cumpla con nuestras expectativas desde un inicio y no esté relacionado a nuestro nivel de productividad, o que incluso no aumente a lo largo del tiempo, es un elemento crucial para saber si es tiempo de cambiar de aires.
Mala relación con tu jefe: La relación directa con nuestros líderes es otro factor determinante para preguntarte si debes renunciar a tu trabajo. Un mando directo que abusa de su poder, que no reconoce los logros del equipo, que no ofrece retroalimentación, que evalúa solamente los aspectos negativos y que no inspira aliento ni confianza, se convierte en sí mismo en la razón principal para abandonar la empresa.
No te sientes integrado: Puede existir el caso de que tengas un buen trabajo en relación a tus actividades y tu salario, pero sientes que no encajas. Algunas veces no hay nada de malo con el trabajo, sino que la empresa, tus compañeros o tu jefe no concuerdan con tus valores o personalidad.
¿Puedo renunciar a mi trabajo simplemente por no presentarme?
Si no te presentas a laborar, puedes estar violando su contrato de trabajo, perder cualquier beneficio posterior al empleo y enfrentar otras repercusiones. Además, dejas a todos en un aprieto. Cuando dejas de presentarte a trabajar sin previo aviso, no dejas tiempo a la empresa para encontrar y capacitar a un reemplazo para ti, recalca el sitio web stratus.hr.