Una mujer de 42 años de Australia que padeció 10 abortos espontáneos y tres mortinatos (que es cuando un bebé muere en el útero durante las últimas 20 semanas del embarazo) está determinada a convertirse en madre soltera al decidir usar un vientre de alquiler de Grecia, meses después de “llorar hasta quedarse dormida” por la ruptura de su relación sentimental mientras ambos sufrieron la pérdida de su bebé número 13. Esta es su historia de vida.
De acuerdo al diario británico Daily Mail, la pesadilla de Samatha Rowe que vive desde los últimos ocho años comenzó en 2014 cuando dio a luz a su hijo Cooper, quien nació muerto en el Día de San Valentín con apenas 21 semanas de gestación, demasiado prematuro para sobrevivir fuera del útero. A él le siguió Hudson, quien nació muerto con 19 semanas de gestación, y las gemelas Emma y Zoe, quienes murieron en 2015 ahorcadas por sus propios cordones umbilicales.
En 2018, el pequeño Noah vino demasiado pronto al mundo con tan solo 22 semanas de gestación y, cada año desde aquel entonces estuvo salpicado con abortos espontáneos, por lo que la mujer originaria de Melbourne y su exprometido desembolsaron 40,000 dólares para usar óvulos de donantes en lo que pensaron que era una “solución milagrosa” a su problema para concebir, pero quedaron desconsolados cuando ese embarazo duró solo una semana.
Cuando en noviembre de 2020 descubrió que su prueba de embarazo resultó positiva por decimotercera vez, ocho semanas después comenzó a sangrar y perdió a su bebé. Ese fue el punto de quiebre de su relación con su prometido, una experiencia que ella misma califica como “peor” que padecer un aborto espontáneo ya que, después de haber sufrido tantas pérdidas, lo único que la animaba a seguir adelante era que ambos se tenían el uno al otro. “Pensé que éramos un equipo, pero luego lo perdí y me quedé sola”, precisó.
Una luz al final del túnel
Incapaz de pagar el alquiler de su casa por su cuenta, la devastada mujer se vio obligada a mudarse a un pequeño apartamento de dos habitaciones, llevando consigo todos los artículos para bebés que juntó durante ocho años, durante uno de los confinamientos por COVID-19 en Melbourne. Aunque logró conservar su trabajo como asistente ejecutiva en un servicio de discapacidad durante la pandemia, Samantha lloró hasta quedarse dormida durante tres meses.
Si bien usar un vientre de alquiler siendo mujer soltera no fue algo con lo que soñó, Rowe pensó que “si tuviera 120,000 dólares en su cuenta bancaria para pagar uno”, definitivamente lo haría. Fue así que una agencia de Australia especializada en este tipo de asuntos puso a Samantha Rowe en contacto con un grupo de parejas y padres solteros que usaron un programa en Grecia, diseñado para ayudar a mujeres incapaces de tener hijos, un suceso que reavivó la llama en su vientre, pese a que le costaría “una fortuna”.
Rowe compró una propiedad de inversión antes de conocer a su ex, por lo que tuvo que refinanciarla para pagar sus cuotas de 120,000 dólares para su vientre de alquiler. La futura mamá usará óvulos y esperma de donantes, lo que significa que el niño no será genéticamente suyo, pero está bastante segura de que le “encantará de todos modos”, agregó. Su solicitud podría ser procesada por los tribunales griegos a partir de febrero, lo que significa que finalmente podría tener un bebé en brazos en poco más de un año.
Amor de madre a montones
Mientras tanto, Samantha Rowe sigue celebrando los cumpleaños de sus hijos que nacieron muertos y les compra regalos dependiendo de la edad que tendrían, los mismo que después dona a niños que los necesiten. Asimismo, gasta cerca de 1,000 dólares al año en juguetes y obsequios para donárselos en Navidad a niños cuyas familias no pueden costear calzado o uniformes escolares y ayuda a otras familias que han experimentado pérdidas de hijos con su negocio paralelo: Memories of an Angel.
Su compañía provee cintas a todas partes del mundo para organizaciones de mortinatos y otras instituciones similares, mientras que en su página web oficial incluirá una tienda en línea con recuerdos para infantes difuntos; sin embargo, su logro más grande hasta la fecha será lanzar una caja conmemorativa para padres que han sufrido esta terrible experiencia y que espera poner en marcha en 2023 pese a que su lanzamiento original se retrasó por la pandemia de COVID-19.
¿Qué es mortinato, según OMS?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se clasifica como mortinato al bebé que muere después de 28 semanas de embarazo, pero antes del parto o durante este.
¿Cuáles son los síntomas de la muerte fetal?
Según stanfordchildrens.org, los síntomas de la muerte fetal pueden incluir:
- Detención de los movimientos y patadas del feto.
- Manchas de secreción o sangrado.
- Ausencia de latidos del corazón del feto con estetoscopio o Doppler.
- Ausencia de movimientos y latidos del corazón en la ecografía, lo que posibilita el diagnóstico definitivo de que el feto está muerto.
¿Cuánto tiempo puede estar un bebé muerto en el vientre de la madre?
La muerte fetal, a su vez, se clasifica como temprana, tardía o a término. La muerte fetal temprana ocurre entre las 20 y 27 semanas completas de embarazo. La muerte fetal tardía ocurre entre las 28 y 36 semanas completas de embarazo. La muerte fetal a término ocurre a partir de las 37 semanas completas de embarazo, señalan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
¿Cuáles son las razones por las que un bebé puede morir en el vientre de la madre?
De acuerdo a Unicef, las causas más comunes de las muertes fetales que ocurren durante el parto son la hipoxia (falta de oxígeno), las obstrucciones provocadas por la placenta y otras complicaciones relacionadas con el parto.