El 10 de mayo comenzó como un día normal para Laura Machnik: se despidió de su hijo de 18 años, JJ, antes de ir al trabajo. Esa mañana, tenía la intención de hacer ejercicio en la casa de un amigo, pero poco después de que Laura llegara al trabajo, recibió una llamada que le cambió la vida.
Minutos después de llegar a casa de su amigo, J.J. colapsó mientras hacía ejercicio en una caminadora. Sus amigos Trevor Hodgins, de 14 años, y Giovanni Scafidi, de 18, rápidamente iniciaron la RCP y llamaron al 911. Su respuesta rápida fue crucial para salvar la vida de J.J., quien había sido diagnosticado con miocardiopatía hipertrófica a los 14 años.
La miocardiopatía hipertrófica es un trastorno cardíaco genético que afecta aproximadamente a 1 de cada 500 personas. Se caracteriza por el engrosamiento anormal del músculo cardíaco, lo que dificulta la eficiencia del corazón para bombear sangre.
“(Ella) me llamó y me dijo: ‘Tienes que llegar a mi casa lo más rápido que puedas, JJ se desmayó en la cinta de correr’”, dijo Machnik a CBS News. “Todo lo que dije fue: ‘¿Tiene pulso?’ mientras salía corriendo del trabajo... sabiendo lo que estaba pasando, pensé: ‘Está bien, esto es real. Esto es todo’”.
Durante su traslado al hospital, J.J. sufrió dos paros cardíacos en la ambulancia y requirió resucitación. En el hospital, fue atendido por el cardiólogo Dr. Amirali Masoumi, quien describió su caso como complejo. J.J. fue inducido a un coma y su cuerpo fue enfriado para preservar la función cerebral.
Actuación decisiva: amigos que salvan vidas
“Le dieron la mejor posibilidad de sobrevivir”, dijo el Dr. Matthew Martínez, cardiólogo deportivo y experto en miocardiopatía hipertrófica del Centro Médico Morristown en Nueva Jersey. “Me dijeron que pasó menos de un minuto antes de que comenzaran a realizarle RCP. Esas son las frases que realmente queremos escuchar cuando queremos saber cómo les irá a los niños después de un evento como este”.
Después de varios días de tratamiento intensivo, J.J. mostró signos de recuperación sorprendentes. Fue dado de alta del hospital menos de dos semanas después y ahora lleva un desfibrilador cardioversor implantable para prevenir futuros episodios.
El caso de J.J. es un testimonio de la importancia de la preparación y la respuesta rápida en situaciones de emergencia médica. Gracias a la rápida actuación de sus amigos y el cuidado médico intensivo, J.J. ha logrado recuperarse y está mirando hacia el futuro con optimismo.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.