Aunque no lo creas, tu almohada es fundamental para dormir bien y recuperar energías. Este accesorio acumula gran parte de la tensión provocada durante el día y evita los temidos dolores cervicales. Muchas veces, la mayoría suele tomar a la ligera la elección de esta pieza cuando deciden renovar la casa.
Sin embargo, esto es un tremendo error. A la hora de escoger almohada, necesitas tener en cuenta aspectos como el tamaño, tu forma de dormir y, sobre todo, el material. Para acertar y no fallar en el intento, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) brindó algunos sencillos trucos.
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Ahora bien, se recomienda lavar las almohadas con frecuencia para prevenir la presencia de bacterias, hongos y ácaros. Generalmente, se utiliza la lavadora, pero este proceso representa un verdadero fastidio por varias razones.
Cómo limpiar las almohadas sin lavadora
Frente a esta situación, Sarah Dempsey, una experta en labores domésticas, asegura que en realidad no es necesario usar la lavadora para lograr buenos resultados. Según explica la profesional, “lo mejor que puede hacer es comenzar sacudiendo todos los escombros y el polvo sueltos”.
Si quieres una limpieza más profunda, Dempsey aconseja “pasar la aspiradora sobre la almohada para quitarlo todo”. Luego de este paso, debes agarrar un paño húmedo y un poco de “detergente suave” para continuar con la tarea.
“Si hay alguna mancha persistente presente, es posible que tengas que recurrir al fregado. Sin embargo, no restriegues con demasiada fuerza, ya que puedes dañar la almohada”, precisa Sarah en diálogo con Express.co.uk.
Una vez que hayas completado estos pasos, solo debes colocar la almohada “en un espacio abierto para que pueda secarse al aire”. “El proceso de secado puede llevar algún tiempo, dependiendo de la cantidad de agua”, agrega Dempsey.