Investigadores de la Universidad de Sunshine Coast dejaron impactados a miles de usuarios al presentar un Mindy, un modelo 3D de un ser humano en el año 3000. En las gráficas que verás a continuación se puede apreciar muchas alteraciones en las partes de las manos, cráneo y un cuerpo encorvado. ¿A qué se debe estas ilustraciones que vienen recorriendo el mundo? Trata del impacto sobre el uso excesivo de la tecnología, como los dispositivos móviles y computadoras, que traen como consecuencias estos cambios.
Con este contexto, TollFreeForwarding.com realizó una presentación del ser humano del futuro, que más parece un extraño fenómeno llamado protuberancia occipital externa que se puede ubicar desde el cuello hasta el cráneo. Muchos estudios determinan que esta es una postura que muchos jóvenes realizan al mirar el celular a diario sin darse cuenta.
“Si bien la tecnología ha sido excelente para la creación de empleo, la productividad y el aprendizaje de nuevas habilidades, existe una creciente evidencia que revela los efectos negativos que la tecnología puede tener en nuestros cuerpos”, señala el informe de Toll Free Forwarding, una empresa internacional de telecomunicaciones.
Este se basa en estudios, investigaciones científicas y opiniones de expertos sobre el tema que luego fueron plasmados en imágenes 3D de lo que sería un futuro humano por el uso desmedido de estos aparatos.
¿Cómo lucirá el cuerpo humano en el año 3000 por el uso de la tecnología?
Mindy, como se llama el modelo creado en 3D, presenta joroba, cuello encogido, mano en garra, codo en ángulo recto, un segundo párpado interior, un cráneo más grueso y un cerebro más pequeño. Básicamente, los cambios introducidos en Mindy respecto a nuestra fisionomía actual están relacionados con la importancia que tienen hoy en día las tecnologías.
De hecho, el análisis ha tenido en cuenta el uso que las personas le damos actualmente a los teléfonos móviles, los ordenadores y otros dispositivos de uso diario, algo que podría influir en la apariencia física de los humanos del futuro.
Joroba y cuello arqueado
El diseño y los hábitos típicos de los usuarios de los objetos tecnológicos modernos, como los teléfonos inteligentes y los monitores de computadora, tienen un impacto significativo en la forma en que nos sentamos y nos paramos. En este caso, la espalda y el cuello de Mindy estarán inclinados hacia su pecho.
“Pasar horas mirando tu teléfono tensa el cuello y hace que tu columna pierda el equilibrio. En consecuencia, los músculos de su cuello tienen que hacer un esfuerzo adicional para sostener su cabeza. Sentarse frente a la computadora en la oficina durante horas y horas también significa que su torso se estira frente a sus caderas en lugar de apilarse recto y alineado”, indica Caleb Backe, un experto en salud y bienestar de Maple Holistics, entrevistado para la nota.
El vínculo entre la tecnología y la postura ahora está bien establecido, y es por eso que la espalda y el cuello de Mindy (que veremos con más detalle más adelante) están inclinados hacia su pecho.
Garra de texto
El brazo de Mindy revela cambios anatómicos significativos por el uso del teléfono inteligente. Una es la “garra de texto” ocurre después de agarrar constantemente su teléfono inteligente, curvando los dedos en una posición poco natural durante largos períodos de tiempo.
“La forma en que sostenemos nuestros teléfonos puede causar tensión en ciertos puntos de contacto, lo que provoca la ´garra de texto´”, explica el doctor Nikola Djordjevic de Med Alert Help. Esto se conoce como síndrome del túnel cubital.
Codo de 90 grados
El brazo de Mindy tendrá el codo de 90 grados, conocido también como “codo de teléfono inteligente”. Esto se debe a la posición típica del brazo al sostener y usar teléfonos inteligentes, ya sea para uso general o cerca de nuestras orejas durante las llamadas telefónicas.
“Mantener el codo doblado durante mucho tiempo (la mayoría de las veces, mientras sostiene el teléfono) puede estirar el nervio detrás del codo y ejercer presión sobre él”, explicó el doctor Djordjevic.
Cráneo más grueso
¿Cómo puede afectar la tecnología nuestro cerebro? Existe una creciente preocupación sobre la radiación de radiofrecuencia emitida por los teléfonos inteligentes y las consecuencias que pueden causar para la salud cuando se exponen al cerebro.
En 2011, la Organización Mundial de la Salud clasificó la radiación de los teléfonos inteligentes como “posiblemente cancerígena para los humanos”; y un estudio de 2018 sugirió que esa radiación puede afectar el rendimiento de la memoria. Dado el impacto que podría tener sobre todos nosotros, Mindy ha desarrollado un cráneo un poco más grueso, lo que la protege de cualquier daño.
Cerebro más pequeño
La tecnología también puede cambiar el tamaño de nuestros cerebros. Y es que gracias a los avances tecnológicos en agricultura, salud y muchos más ámbitos de la vida, ahora tenemos que hacer mucho menos para sobrevivir.
Un segundo párpado
El cambio final de Mindy es posiblemente el más extravagante. Debido a que investigaciones apuntan a que las pantallas que causan dolores de cabeza, fatiga visual e incluso ceguera, “el cuerpo de Mindy podría desarrollar un párpado interno más grande para evitar la exposición a la luz excesiva, o el cristalino del ojo puede desarrollarse evolutivamente de modo que bloquee la luz azul entrante”. Así lo explicó Kasun Ratnayake de la Universidad de Toledo.
¿Por qué nuestro cuerpo humanos se transformaría de esta manera?
Hoy en día todos nos hemos vuelto dependientes de la tecnología con los teléfonos inteligentes, ordenadores, relojes y demás aparatos electrónicos. Quién no anda pendiente de los mensajes de texto, correos electrónicos y redes sociales. Esto seguirá con el paso de los años y afectará al cuerpo humano.
Consideremos que en esto tiempos siempre han existido futuristas en la historia y eso lo hemos podido tanto en la literatura como en cine. Hoy en día muchos están convencidos de que en los próximos siglos supondrán un antes y un después. Ahora nos encontramos como en aquella década de los 80 cuando los ordenadores se fueron implantando en nuestras vidas hasta llegar a la eclosión que estamos experimentando en cada uno de nosotros.
En conclusión, lo que queda claro es el impacto de la tecnología tendrá que ver en la evolución de la especie en los próximos 1.000 años.