Unos dientes sanos permiten disfrutar de la buena comida y ‘librarse’ de las enfermedades de las encías. Por eso mismo, la mejor inversión que puedes hacer es cuidar tu salud bucal. Sin embargo, esto muchas veces representa un desafío.
De hecho, es muy probable que alguna vez te hayas preguntado cómo cuidar tus dientes de forma correcta. A pesar de que existen trucos caseros que ayudan a lograr una dentadura blanca e impecable, aún se cometen errores.
Si piensas que con cepillarte los dientes dos o tres veces al día es suficiente, estás equivocado. Debes incluir al hilo o seda dental en tu rutina diaria de higiene para reducir cada día la cantidad de bacterías acumulada entre los dientes y así evitar las caries.
Errores más comunes al utilizar hilo dental
Dicho esto, desde Mag te dejamos algunas recomendaciones para aprovechar los beneficios del hilo dental. ¡Comenzamos!
Reutilizarlo
Pasar el mismo hilo por los distintos dientes es un hábito que necesitas cambiar. Para la experta Eugenia Cervantes, utilizar seda dental una vez al día por cada diente ayuda a mejorar bastante tu salud dental. “Con paciencia y dedicación, acompañado de un buen cepillado. Lo recomendable es usar una porción nueva por cada espacio. Sencillamente para no trasladar los restos entre pieza y pieza”, indica la profesional.
Antes del cepillado
Aunque no parezca, lo aconsejable es cepillarse primero y luego usar el hilo dental para eliminar las restos de alimentos. “Hay que probar movimientos de adentro hacia afuera, de un lado a otro y alrededor del diente y las muelas. El objetivo es quitar los restos entre diente y encía, pero sin ejercer presión sobre esta última”, señala la odontóloga Cervantes.
Comprar cualquier hilo
Por último, no es ideal dejarse llevar por anuncio o sugerencias de un amigo o familiar. Lo mejor, según Eugenia Cervantes, es acudir a un profesional para saber cuál es el hilo dental más adecuado para ti.
“Hay que usar el hilo dental y los cepillos interdentales según el estado bucodental de cada paciente. No es lo mismo tener los dientes alineados que con apiñamiento o diastemas”, explica Cervantes en diálogo con El Mundo.