Uno de los artículos de cocina que perdemos con facilidad es la tapa de las ollas y cacerolas, debido a que no contamos con organizadores. Si urges tapar tus recipientes, pero no tienes a la mano esta pieza, te compartimos un truco que te sacará de apuros.
Casi todas las ollas y recipientes vienen con sus respectivas tapas, pero en muchas ocasiones perdemos estas piezas en algún lugar de la cocina. Ante estas situaciones, lo que hacemos es utilizar otras tapas más grandes, pero no es lo más aconsejable.
El papel de aluminio puede sacarte de apuros si no encuentras las tapas de tus ollas, debido a que es un excelente conductor del calor y, además, facilita el proceso de las cocciones. De esta manera, tus alimentos se mantendrán húmedos y no perderán su sabor.
Sin embargo, intenta recubrir toda la cacerola con aluminio para que no se pierda la cocción homogénea de todos los alimento adentro.
¿Cómo hacer una tapa provisional para las ollas?
En el caso que no encuentres las tapas de tus ollas, sigue estos tips de la creadora de contenido Val barrales (@valbarrales) para reemplazarlas por otros provisionales con papel aluminio.
- Corta papel aluminio del tamaño de tu olla y cacerola
- Pone unos guantes de cocina para evitar cualquier tipo de accidente
- Coloca sobre el recipiente con mucho cuidado y asegúrate que la parte brillosa esté hacia adentro
- Puedes usar esta tapa provisional las veces que sean necesarias
¿Por qué las ollas tienen tapas de vidrio?
El motivo principal para tener una tapa de vidrio es para monitorizar la cocción de lo que se cocina. A veces, el vapor de carnes y verduras puede sorprendernos si abrimos las tapas comunes, e incluso irrumpir en la olla sacándola puede interrumpir lo que cocinamos.
Sin embargo, en ocasiones la calidad de las tapas dista de ser óptimas; algunos vidrios son mal conductores de calor, lo que origina que la comida no se cocine de forma ‘homogénea’.
¿Son seguras las tapas de vidrio?
Las tapas de vidrio de las cacerolas son seguras siempre y cuando sean del tamaño de sus repositorios. Otro dato es que las tapas, por lo general, están hechas de vidrio templado para que puedan soportar las altas temperaturas sin agrietarse o romperse.
Por otra parte, no hay forma que toxinas y bacterias proliferen en vidrios por no ser un ambiente ideal para los agentes patógenos. Especialmente los recipientes de vidrio usados para ‘almacenar’, en vez de los hechos de plástico.