“Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”. Esta es una de las tantas frases por las que será recordada Diego Armando Maradona, una de las últimas leyendas vivas del balompié que partió a la eternidad este miércoles 25 de noviembre a la edad de 60 años a causa de “un paro cardiaco” en su casa, en un hecho que enluta y conmueve al deporte mundial.
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Fue “un paro cardíaco, antes del mediodía”, declaró a la AFP, su jefe de prensa, Sebastián Sanchi. Maradona murió en su nueva residencia en Nordelta, distrito de Tigre, a 40 km al norte de Buenos Aires.
Las reacciones de tristeza llovían desde todas partes del mundo. “Algún día podremos jugar juntos al fútbol en el cielo”, dijo la también leyenda Pelé, tricampeón del mundo brasileño, de 80 años.
Clubes como el Barcelona o el Nàpoles, donde vivió su era más gloriosa y sus dos únicos títulos de campeón de su país (1987, 1990), se despidieron del mito argentino.
El presidente argentino Alberto Fernández declaró tres días de duelo nacional.
“Nos llevaste a lo más alto del mundo. Nos hiciste inmensamente felices. Fuiste el más grande de todos. Gracias por haber existido Diego. Te vamos a extrañar toda la vida”. dijo en un mensaje en Twitter.
“Totalmente conmocionado”
La tristeza ya es latente en las calles de Buenos Aires.
“No lo puedo creer, es una cosa increíble, uno piensa que pueden pasar todas las tormentas que pueden haber, pero se ve que no, terminando siendo todas mortales. Estoy digiriéndolo, siento que es un mal sueño”, comentó a la AFP, Francisco Salaverry, de 28 años.
“Totalmente conmocionado, dolorido”, señaló Gabriel Oturi, de 68 años.
Maradona estaba convaleciente de una operación por un hematoma en la cabeza desde el 3 de noviembre, en un sanatorio de la zona norte de la capital. El 11 de noviembre fue dado de alta, pese a que su salud era muy delicada y atravesaba un nuevo síndrome de abstinencia.
Los médicos llamaban a ser cautos. Su abstinencia forzó a que lo atendieran psicólogos y psiquiatras.
Decenas de hinchas le demostraban su afecto y aliento, en tanto que de todo el mundo llegaban augurios de recuperación.
Se lo había visto mal el día de su cumpleaños número 60, cuando reapareció de su confinamiento por la pandemia en la cancha de Gimnasia y Esgrima, equipo que dirigía. No pudo quedarse a ver el triunfo del Lobo platense.
Su abogado, Matías Morla, reveló que Diego atravesaba una depresión cuando le detectaron el hematoma.
“Tenía una conducta rara, estaba muy depresivo y hacía comentarios sobre parientes que habían fallecido, que los extrañaba”, dijo.
Diez ambulancias
Pero esta mañana sus vecinos vieron un ambiente anormal.
“Había diez ambulancias, que llegaron alrededor de las 12H30 hora local (15H30 GMT). Luego llegaron los familiares y quedó solo una ambulancia. Más tarde pusieron cintas para que la gente no pase”, dijo a la AFP un vecino que pidió el anonimato.
Como jugador fue un artista y mago con la pelota. Tenía cinco hijos, dos de ellas, Dalma y Gianinna, con su exesposa Claudia Villafañe. Había malestar de la familia con el entorno que tenía en los últimos tiempos.
Sus otros hijos, que tuvo con otras tres mujeres, son Jana, Diego Junior, y Diego Fernando. Jana le cultivaba una huerta orgánica en el parque de la casa cerca de La Plata.
Sobre su velatorio Fernández reveló que la familia solicitó realizarlo en un estadio de fútbol. “Por supuesto que lo que ellos quieran se hará”, dijo el presidente.
Maradona pasó varias veces por los quirófanos, incluso en situaciones dramáticas en 2000 y 2004. También estaba operado de una rodilla y caminaba con suma dificultad. Parecía un hombre con una vida mucho más prolongada que la de 60 años.
Los excesos y las adicciones fueron el origen de sus emergencias de salud.
La cima de su carrera la alcanzó al ganar con Argentina la Copa del Mundo en México-86. Su partido más famoso es el que en cuartos de final en ese mundial Maradona anotó un gol con la mano, la famosa ‘mano de Dios’, y el segundo que convirtió es considerado el mejor en la historia de las citas máximas.
Hacía años que Maradona superó la adicción a las drogas duras.Pero seguía consumiendo alcohol, medicado con tranquilizantes y ansiolíticos.
Pocas veces en la historia un personaje del deporte alcanzó semejante dimensión internacional.
Era recibido con adoración a cuanto país llegaba. Aficionados de todo el mundo lo admiraban y le reconocían su personalidad rebelde.
“Nunca voy a olvidar mi origen”, en una villa miseria (asentamiento) al sur de la capital. Aquella cuna le forjó una conciencia en favor de los movimientos populares y se declaró admirador los líderes de izquierda de Latinoamérica, como el cubano Fidel Castro, de quien fue su amigo. Curiosamente falleció el mismo día que el líder cubano.
El “peor pata de palo” por fin conocerá al Diego
Maradona, de quien el autor había escrito “el vengador de la derrota argentina en la guerra de las Malvinas, mediante un gol tramposo y otro gol fabuloso” en el Mundial de 1986, agregó en aquel momento: “Gracias por enseñarme a leer el fútbol”.
Diego ya no va a extrañar más a Eduardo e incluso ahora podrán leer cosas juntos. Lo que es seguro es que podrán tener charlas interminables sobre fútbol y quién sabe si allá el ’10′ mantendrá, como escribió el uruguayo, la “insoportable responsabilidad de trabajar de dios”.
En su búsqueda de la belleza balompédica, Galeano obtuvo del ‘Pelusa’ “las mejores horas de alegría y de placer” y siempre reconoció en él y el brasileño Edson Arantes do Nascimento ‘Pelé’ a los mejores futbolistas que vio en su vida.
Su libro “El fútbol a sol y sombra” (1995), biblia imprescindible para quienes defienden que deporte y letras pueden convivir, incluye ocho relatos en los que aparece Maradona.
En uno de ellos, “Gol de Maradona”, narra un tanto del que fuera técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata cuando integraba los equipos infantiles de Argentinos Juniors, en 1971.
“El número 10 de Argentinos recibió la pelota de su arquero, esquivó al delantero centro del River y emprendió la carrera. Varios jugadores le salieron al encuentro: a uno se la pasó por el jopo (tupé), a otro entre las piernas y al otro lo engañó de taquito. Después, sin detenerse, dejó paralíticos a los zagueros y al arquero tumbado en el suelo, y se metió caminando con la pelota en la valla rival. En la cancha habían quedado siete niños fritos y cuatro que no podían cerrar la boca”.
Pero, sin duda, es “Maradona” el relato que mejor disecciona al futbolista y sus circunstancias, su choque frontal con el poder y hasta la carga de ‘ser’ él.
“El estaba agobiado por el peso de su propio personaje. Tenía problemas en la columna vertebral, desde el lejano día en que la multitud había gritado su nombre por primera vez. Maradona llevaba una carga llamada Maradona, que le hacía crujir la espalda”, detalla Galeano, que agrega: “No había demorado en darse cuenta de que era insoportable la responsabilidad de trabajar de dios en los estadios, pero desde el principio supo que era imposible dejar de hacerlo”.
Quizá el más emotivo relato dedicado a Maradona sea “El parto”, de “Bocas del tiempo” (2004).
Allí cuenta el nacimiento de Diego Armando y explica que su madre, doña Tota, “encontró una estrella, en forma de prendedor”, en el suelo del hospital cuando fue a dar a luz.
“La estrella brillaba de un lado, y del otro no”, narra Galeano en una mágica fábula de lo que luego sería su vida.
“Esa estrella de plata y de lata, apretada en un puño, acompañó a doña Tota en el parto. El recién nacido fue llamado Diego Armando Maradona”, concluye.
Ahora, el más fervoroso creyente de la “religión” del fútbol, la única que, en su opinión, “no tiene ateos”, por fin podrá toparse con, como escribió en “Cerrado por fútbol” (2017, póstumo), “el más humano de todos los dioses”.
Consternación y dolor en Argentina por muerte de Maradona
La repentina muerte de Diego Maradona este miércoles por un paro cardíaco en Buenos Aires desató reacciones de consternación y dolor en Argentina, donde el presidente Alberto Fernández decretó tres días de duelo nacional.
“Maradona sólo nos dio alegrías, estamos eternamente en deuda”, dijo Fernández, recordando “un hombre absolutamente genuino, que expresaba todo con la fuerza con la que jugaba al fútbol”.
“Es un día muy triste para todos los argentinos, es una pena enorme”, dijo al canal TyC Sports el mandatario, un hincha de Argentinos Juniors, el club donde dio sus primeros pasos Diego Maradona.
“Para nosotros Diego es todo, la cancha se llama Maradona. No sé si alguna vez volveremos a tener a un Diego. ¡La suerte que tuvimos de haberlo tenido en este tiempo!”, expresó.
Sobre su personalidad consideró que debe ser recordado “no solo por sus cualidades técnicas sino por su coraje fuerza y garra que siempre tuvo. Un jugador excepcional”.
“Mucha tristeza... Mucha. Se fue un grande. Hasta siempre Diego, te queremos mucho. Enorme abrazo a sus familiares y seres queridos”, escribió en Twitter la vicepresidenta Cristina Fernández.
Mientras que el expresidente Mauricio Macri lamentó en la misma red social “un día muy triste para todos los futboleros del mundo, especialmente los argentinos”.
“Serán imborrables las enormes alegrías que Diego nos dio”, añadió.
Maradona murió este miércoles, a los 60 años, de “un paro cardiaco” en su casa de Tigre, a 40 km al norte de Buenos Aires, en un hecho que enluta y conmueve al deporte mundial.
Sobre su velatorio Fernández reveló que la familia solicitó realizarlo en un estadio de fútbol. “Por supuesto que lo que ellos quieran se hará”, dijo el presidente.
El mundo futbolístico argentino también lloró la muerte.
“Maradona hizo conocer a Argentina en cada rincón del mundo”, aseguró el exjugador de la selección argentina Oscar Ruggeri al canal Espn.
“Es de locos! 60 años! Lo que hemos vivido con este pibe [jóven], lo que nos hizo vivir él a nosotros, los momentos más lindos de mi vida”, aseguró.
César Luis Menotti, exdirector técnico de la albiceleste, admirado por Maradona, apenas pudo contener las lágrimas.
“He estado en todas las cosas con él desde que tenía 15 años, convivimos muchos años. No lo puedo creer. Es terrible, estoy hecho mierda, no tengo ganas de hablar”, dijo Luis Menotti al canal TyC Sport.
Maradona “será una persona imborrable en la memoria colectiva argentina. Es un enorme ídolo”, resumió el presidente Fernández.
(Con información de AFP y EFE)