“No camines descalzo porque te vas a resfriar” es un frase que se repite de manera constante a los niños cuando empiezan a usar calzado. Aunque muchos padres evitan que el pequeño del hogar esté con los pies destapados durante el día y aplican trucos caseros para que aprenda a caminar más rápido, lo ideal es hacer todo lo contario. ¿Por qué? Aquí te lo contamos.
Durante los primeros meses de vida de los bebés, los pies representan la mayor conexión con el mundo que les rodea. “¡Los pies del bebé son importantísimos! Son la entrada de un montón de estímulos”, señala Neus Moya, podóloga infantil.
Por qué los bebés tienes que estar descalzos
En diálogo con el portal Hola, Moya menciona que “los bebés hasta los 9 o 10 meses de edad tienen el doble de sensibilidad exteroceptiva en los pies que en las manos. Eso quiere decir que les entra mucha más sensibilidad por los pies”.
Partiendo de esta premisa, la experta precisa que “cuando se los cubrimos, les estamos tapando su conexión directa con el entorno” y también estamos privándoles de varios estímulos que son claves para su desarrollo.
Si el niño anda descalzo y no utiliza zapatos en su etapa de gateo, ayuda a la formación correcta de los pies y reduce el riesgo de presentar problemas vinculados con la podología. “Tenemos que tener en cuenta que todo lo que sea caminar por terrenos inciertos o irregulares hacen que todo sea rico en estímulos generadores de reflejos que inducen una activación de la musculatura intrínseca del pie. De aquí, la gran importancia de que vaya descalzo. El niño necesita movimiento en su pie para su desarrollo”, explica la especialista.
Qué pasa si los niños andan descalzos en invierno
El Instituto Valenciano del Pie sostiene que los resfriados no entran por los pies. Por esta razón, es recomendable que los pequeños caminen descalzos por toda la casa. Eso sí, deben colocarse buenos calcetines y pasar sobre una superficie limpia.