La temporada de Navidad está llena de tradiciones y normas sociales que, a menudo, nos generan estrés innecesario. Sin embargo, no todas las reglas son inquebrantables. Mariah Grumet, experta en etiqueta y fundadora de Old Soul Etiquette, nos invita a relajar ciertos estándares durante las fiestas. Con su enfoque moderno y práctico, Grumet explica cuáles son esas reglas navideñas que podemos romper sin culpa, recordándonos que la verdadera esencia de estas celebraciones es disfrutar con tranquilidad y autenticidad.
Acepta amablemente cualquier invitación a una fiesta navideña
Grumet asegura que no es obligatorio asistir a cada reunión o celebración navideña. “Rechazar una invitación no es una falta de educación”, dice a la revista Veranda.
“No se puede hacer todo y las fiestas son una época muy ajetreada y costosa. Siempre que confirmes tu asistencia a tiempo, no tendrás ningún problema. Y, dependiendo de tu relación con el anfitrión, puedes considerar enviar un pequeño obsequio en tu ausencia”, indicó.
Compra un regalo para todos tus conocidos
Las fiestas pueden ser un golpe para el bolsillo, así que puedes relajarte sabiendo que no necesitas comprar regalos para todos los que conoces.
“Es posible que no puedas comprarles algo a todos este año, y eso es perfectamente aceptable”, dice Grumet. “Puedes establecer expectativas de antemano, regalar algo hecho en casa o limitarte a enviar solo tarjetas navideñas”, agrega.
Compra un regalo para alguien que te ha hecho un regalo
Aunque muchos piensan lo contrario, no siempre es obligatorio devolver un regalo. Grumet señala que no hay necesidad de exceder nuestros límites para hacerlo.
“Si alguien te hace un regalo y no tienes nada para dar a cambio, concéntrate en agradecerle su generosidad”, indica. “Concéntrate en eso, en lugar de en el hecho de que no tienes nada a cambio”, añade.
Enviar tarjetas navideñas
¿Una vieja regla que ya no se cumple? “Debes enviar tarjetas navideñas, especialmente a las personas que te han enviado una”, dice Grumet.
“A mí personalmente me encanta enviar y recibir tarjetas de felicitación navideñas, pero también sé lo costoso que puede resultar”, señala Grumet. “Si tuviera que elegir entre las dos cosas, preferiría gastar el dinero en tarjetas de agradecimiento para los anfitriones de las fiestas y para las personas que le enviaron o dieron regalos”, agrega.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.