Son los compañeros predilectos de los niños, se encuentran ubicados desde lo alto de la estantería o en la cama de nuestros hijos. Estos simpáticos osos o monos de felpa son suaves y bonitos, pero también es cierto que nunca están solos y no hablamos de amigos invisibles.
Varios estudios demuestran que el 90% de los peluches contienen una alta concentración de bacterias y microorganismos que puedan resultar dañinos para nuestros hijos.
¿Qué procede al respecto? Lavarlo a mano para quitar la suciedad y arrasar con los gérmenes, pero muchas veces esto no es suficiente.
No solo los ácaros viven en el polvo que se acumula en los peluches, sino también otros elementos precedentes del medio exterior como las esporas de hongos y el polen, así lo explica Víctor Jiménez Cid, profesor de Microbiología II de la Universidad Complutense de Madrid.
En ese sentido, aquí te decimos por qué deberías considerar guardar los peluches en la nevera por el bien de tu hijo y de tus familiares.
Peluches, al congelador
Si tu hijo presenta alergias al mínimo contacto con su peluche, se recomienda lavarlo a una temperatura de 55 grados o bien meterlo en el congelador 48 horas cada 14 días.
¿La razón? El frío intenso mata los ácaros y bacterias, por lo que es una gran alternativa para mantenerlo limpio y así eliminar los microorganismos que puedan afectar la salud de tu pequeño.