Los niños del siglo XXI crecen más rápido, y con ello la tecnología. La velocidad con la que los niños consumen contenidos en Internet y pasan horas viendo televisión los vuelven más creativos e independientes, pero no todo es color de rosa. Hay que saber desde qué edad es prudente y cuántas horas diarias es lo aconsejable.
De seguro has escuchado alguna vez decir a un padre o madre que a su hijo “le gusta ver televisión”. También ponen como “pretexto” el uso de este aparato eléctrico para que los deje continuar con sus actividades.
Si se trata de un niño de 8 años o más, puede que no sea tan malo como parece, siempre y cuando estén bajo la supervisión de un adulto y tenga en claro sus responsabilidades: las tareas, la lectura y su actitud escolar.
Asimismo, conservar la interacción con la familia y el desarrollo social. Esto último es muy importante en su aprendizaje. Es por ello que muchos expertos no aconsejan su uso hasta esa edad recomendada.
Ahora bien, ¿qué pasa si dejo a mi bebé o a mi hijo de 2 años ver televisión? Si bien pueden observar fijamente los colores brillantes y estar atento a los movimientos en la pantalla, sus cerebros no son capaces de discernir o darle significado a todas estas imágenes, según informa el portal Healthy Children.
Por qué los menores de 2 años no deben mirar televisión
Además que los vuelven dependientes y se pierda la calidad de interacción familiar, estudios han asegurado que esta práctica en menores de 2 años tiene efectos negativos en el desarrollo del idioma, como también en la memoria a corto plazo y destrezas de la lectura.
En tanto, también puede resultar perjudicial en su calidad de sueño y atención al pasar horas viendo televisión, sobre todo si está acostumbrado a hacerlo en la noche y le cuesta dormir. Esto principalmente porque están “programados” para aprender interactuando con otras personas.
Sí, puede que algunos niños aprendan los colores, animales, idiomas, entre otras cosas, desde temprana edad gracias a videos en la televisión, lo ideal es que no pasen de las 2 horas diarias.