Una noche cualquiera, Anthony Valdez se preparaba para irse a dormir, pero de pronto, escuchó un extraño ruido que provenía desde su baño, y cuando se acercó a esta estancia vio algo que jamás imaginó; una mano estaba rompiendo la pared, por lo que decidió sacar el celular para grabar el perturbador momento que pronto se hizo viral mientras la policía investiga si se trató de un robo frustrado o un intento de secuestro.
El pasado miércoles 3 de mayo, los residentes de un edificio de apartamentos de Brickell, distrito de Miami, Florida, Estados Unidos, quedaron pasmados con el testimonio de su vecino Anthony.
Al principio, pensó que aquello que escuchaba provenía de la voluntad de una rata o de un bromista: “mi compañero de cuarto pensó que le estaba haciendo una broma. Entonces, comenzó a reírse y luego a grabar porque creyó que era un chiste”, dijo a NBC Miami.
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Los dedos en la pared
Pero cuando entraron al baño quedaron horrorizados al notar que no solo la pared de drywall estaba rota, sino que de esta salían dedos humanos que escarbaban de forma casi frenética y desesperada, como queriendo escapar de algo, por lo que pensaron que se trataba de una persona secuestrada que necesitaba ayuda.
El miedo que los embargó hizo que ambos decidieran no involucrarse, por lo que llamaron al 911 y esperaron que llegara la policía que trató el caso como un posible secuestro, pero pronto la historia dio un particular giro al conocerse la verdad.
La verdad detrás del “secuestro”
Las autoridades descubrieron que el sujeto del apartamento contiguo estaba bajo los efectos de las drogas: “había una toalla envuelta alrededor de la manija, como para cerrar la puerta”, dijo Mike Vega, oficial de información pública de la policía de Miami.
Vega reveló a NBC Miami que el sujeto, influenciado por los estupefacientes, inventó una historia falsa que repitió a los agentes, pero pronto descubrieron, por relato de otros vecinos del edificio, que era un inquilino de un alquiler vacacional ilegal.
Tras llegar al fondo del asunto, Anthony Valdez selló los huecos, pero quedó muy traumatizado tras la experiencia: “no sabíamos quién vivía a nuestro lado”. Las autoridades aún no determinan si se presentarán cargos o no contra el sujeto.